lunes, 2 de julio de 2012

Reflexiones de un desempleado con fe de prosperidad



Mi primer día de descanso absoluto en dos años y medio, que hacer sin chamba dirán algunos, yo diría sin chamba remunerada, por que trabajo es lo que hago desde buscar trabajo, hasta organizar una reunión con viejos amigos poco vistos en los últimos años, tal vez a algunos los tenga buscar casa por casa y en su trabajo, pero créanme nada en esta vida te puede dar la satisfacción de abrazar a un viejo amigo, y estrechar la mano de nuevos amigos.

Para algunos la amistad es ir de vez en cuando a una fiesta o discoteca, para otros en cambio es compartir un momento en el trabajo, para mi hoy la amistad es lo que siempre fue darte por entero a una persona “todo el tiempo que te ofrece la vida”, como decía Toño Vargas en sus recordadas transmisiones deportivas. Hoy el mundo vive un cambio tan apresurado como angustiante, tan loco como cuerdo y tan frívolo que nos olvidamos de quien tenemos al lado, para darle cabida a una persona que nunca hemos visto y de la cual solo sabemos por las redes sociales.

No creo para nada que el uso de Internet sea negativo por el contrario nos alivia la vida en n cantidad de ámbitos, pero a la vez nos separa de la familia de una manera frívola e indolente, en lo 80 mis padres me dejaban al libre albedrío con la televisión, siempre y cuando no excediera las once de la noche, por ello me tenía que escurrir por la oscuridad y ver la Seria Rosa, en un televisor miniatura de blanco y negro con el volumen a un punto, eran los 90, pero ya se veía venir una revolución que desembocaría en el liberalismo no solo económico, sino también cultural haciendo que el mundo se encogiera tanto que hoy estamos sobre informados en temas banales, que en su mayoría solo sirven para alimentar la chismografía nacional.

Somos humanos que nos olvidamos de lo esencial de vivir, creemos que el éxtasis y la adrenalina tienen que reemplazar a los abrazos y la paz que se necesita para la prosperidad y buenas relaciones. En geopolítico dicen que entre países vecinos no existen amistades sino intereses, yo por el contrario digo que los intereses pueden dar paso a una amistad tan sincera como solidaria, respetando las leyes y tradiciones de que cada lugar.

Sino por sudamericana no conoceríamos el rico valor nutritivo de la papa, el camote, el trigo y la kiwicha. Sino fuera por nuestra selva el mundo dejaría de respirar aire puro y no tendríamos donde hacer un ecoturismo de lujo, sino fuera por nuestra capacidad de amar el mundo no habría un Neruda, un Vallejo, un Domingo Faustino Sarmiento, o quien sabe jamás habríamos disfrutado del ritmo vallenato, la samba y un buen Boca- River.

Fíjense no se trata  de dividirnos por sectores denominados países, se trata de aprender cuales son nuestras fortalezas, para darle paso motivos que nos unan como localidades comunes, y donde podamos transitar sin el peligro que hoy ronda en las calles de todo Sudamérica.

No somos un lugar peligroso, somos un lugar donde la tradición puede vivir de la mano con la modernidad académica y tecnológica siempre y cuando seamos sensatos para resolver una problemática que no ahoga desde hace más de cien años. No se trata de elegir entre minería o agua se trata de saber como aprovechar nuestra ola económica para despegar sin resentimiento y mezquindad. Se trata de entender que vivimos en el siglo 21 y el avance de la ciencia nos permite vivir en armonía con  minería, agua, agricultura, ganadería y pesquería.

Hoy el concepto de derecha e izquierda deben quedar desterrados para darle paso a la sensatez, con prudencia y sinceridad para resolver un problema social. Alguna vez un jardinero de Lurín me dijo “si tenemos la yuca adentro, depende de nosotros saber si esa yuca la freímos, la sancochamos, o tan solo la vendemos para generar utilidad e invertir en otro rubro”, por último la yuca es alimento y no se pierde siempre y cuando seamos capaces de saber que hacer con ella y para ello se requiere educación tanto física como mental.

Parece mentira que ya no le damos la importancia a ir a misa (cualquiera que fuese su religión), hemos perdido la capacidad de negociar y llegar a un acuerdo debidamente consensuado y explicado al detalle. Es de reír tenemos como 300 universidades con carreras hartamente repetidas y menos profesionales capaces de resolver problemas de estructura, tenemos colegios en demasía y alumnos que leen cada vez menos, tenemos de todo y nos peleamos por todo, así como también reclamamos de todo, sin dar nada o prometer una mejora para los nuestros.

Somos un país donde no necesitamos más que ponernos a trabajar, estudiar y ponernos metas claras a corto, mediano y largo plaza, No crean que para mi es fácil decirlo renuncie a mi trabajo, y estoy viendo que problema soy capaz de resolver para ofrecer mi servicio. Estoy repasando lo hecho en los últimos años para diagnosticarme a mi mismo cual es mi mayor fortaleza y que plus adicional puedo ofrecer a un negocio por emprender o ya iniciado.

Mi papá es un abogado sindicalista, y también laboró para una empresa privada lo hizo por que es un profesional capaz, que no le corre a los retos, por el contrario aprovecha su conocimiento para mejorar sus técnicas de negociación para ello tiene un gran apoyo en mi madre, su principal socia de vida que nunca dejará que don Roberto (mi papá) se quede sin ropa limpian, bien planchada y una ducha caliente.

Mi mamá tiene una gran fortaleza que es su paciencia y comprensión, así como también toma acción cuando un reto se viene encima. Mi hermano maneja muy bien los tiempos y sus cambios de posición en el área para meter su gol en el campo de derecho. Yo muy a  mi manera loca estoy a convivir con mi desorden y dominar mi impulsos de buena fe que me llevaron a comprarme problemas ajenos, ahora trato de ser diferente teniendo en cuenta que mi mayor virtud es la responsabilidad, solidaridad, y buena fe que me llevan a comprometerme a mil con un proyecto determinado que se me ofrezca para llevar a buen puerto.

Soy la mezcla evidente de varias culturas y varios tipos de sociedad puesto que mis padres me llevaron de la mano a los lugares donde tenían que laborar y a tratar con todo de tipo de personas, así como también sigo conociendo la bondad de la calle, que en medio de su desorden esconde un pueblo emergente con esperanza de un mañana mejor.

Hoy no pedimos más que trabajar en paz y con respeto, hoy el Perú tiene una gran oportunidad de demostrar que la solidaridad responsable puede cambiar la historia y deshacer esos viejos conceptos de izquierda y derecha que tanto han divido al hombre desde el inicio de la civilización.

No somos un lugar de peligro, somos el lugar donde a pesar de los problemas y la violencia salimos a dar la batalla por nuestras familias, ya sea como ambulante o banquero solo buscamos lo mismo un lugar donde nuestros hijos tengan prosperidad.

Hasta mañana soñadores de la justicia, con cariño de Vladimir.
  

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