miércoles, 11 de julio de 2012

Peruanos creyentes en una nación de esperanza


Bueno chicos y seguidores de este guardián de leyenda, aquí esta noche me animo a escribir otro post, como siempre dejando que mis neuronas sincronicen con mi corazón y hagan vibrar las teclas de la pc, por que si tengo pc y no laptop así como tampoco celular inteligente, en realidad que a pesar de haber trabajado en Internet no necesito de tantos megadetalles tecnológicos a mi alrededor a veces es mejor tener lo justo y necesario, aunque eso lo halla aprendido recién pocas semanas  atrás al ver como tontamente me endeudo.

A ver hoy por ejemplo comí dulces que pude omitir, tomé un taxi demás debido a que el tráfico y ver a la gente empujándose o  apretarse a su mínima expresión en la combi o la Custer, puesto que el transporte público me enferma mucho más que respirar el CO2 que estas botan esas unidades por su combustible contaminante, es que el gas hasta ahora no está del todo diversificado diga lo que se diga.

Ah otra cosa tampoco tengo auto, ni pienso tenerlo, prefiero caminar descalzo y ver a la gente pasar por una Lima, que podría ser más ordenada y menos angustiante si respetáramos al vecino, si las autoridades cumplen su chamba y no se diera brevete a cualquier salvaje, sea a hombre o mujer, puesto que muchos no son rigurosamente evaluados para darle la licencia respectiva, pero como todo en este país parece funcionar por mafia o “coimisión” que viva el despelote y luego a lamentarnos por tantos atropellos.

Siempre me pregunto que clase de país somos y que clase de sociedad heredamos a las nuevas generaciones, que ejemplo damos a los niños? La verdad yo santo no soy, y tal vez la única regla de los 10 mandamientos que no halla roto es no matar, puesto que quitar la vida es un crimen no solo penal, sino contra una familia que no tiene por que estar herida si su pariente se excedió por necesidad o por que simplemente se acostumbró a vivir en la inmundicia con la que creció.

Si también es cierto que las cárceles están hacinadas y cada día la delincuencia aumenta en todo sentido, también hay que decir que nuestro Poder Judicial es un desastre que tiene que ser rehecho por un sastre de corte fino y midiendo al usuario del terno según su peso y talla actual. No puede ser que para dejar un escrito uno se demoré más de una hora en el mejor de los casos, soportando calor y malos olores.

Lo digo por experiencia propia, si quieren comprobarlo vayan a las 10 AM de lunes a viernes a la Corte Superior de Lima (ex Ministerio de Educación) o si quieren reírse vayan a los juzgados contenciosos administrativos de la avenida Abancay donde una cola avanza a ritmo de una vieja silla de los 80, que desecharon de otra oficina para que no estorbe.

Esa es sin duda es una radiografía tragicómica de la justicia peruana, donde si tú abogado no pone presión nadie chambea al ritmo que debe, y también que le podemos pedir a los especialistas judiciales o jueces que no ascienden por meritocracia o tienen que ir a trabajar tres día seguidos con el mismo terno y muchas subir a un piso 10 por las escaleras de edificios pintarrajeados.

Este es el Perú que merecemos los contribuyentes, los que pagamos IGV cuando compramos una Inca Cola, o choclo en el mercado? Por qué nos conformamos con ese país, si tenemos las armas más grandes para cambiarlo y hacernos respetar la voluntad, que deben jugar en pared con las leyes vigentes.

Bueno las leyes están para hacerse cumplir y tienen (aunque muchas jalada de los pelos) una razón de ser, pero sería muy gracioso comprobar que muchas leyes son copy-page de códigos civiles y penales de otras latitudes.

Hay este Perú donde muchos creen que pensar duele y otros no lo hacen por que creen que no les pagan por ello, pero así es mi Perú y pese a todo yo si creo en esta tierra al igual que don Roberto 3G (mi hermano, mi padre, y mi abuelo que en paz descanse). Ellos siguen creyendo en el Perú no por su riqueza natural, no por sus autoridades, sino por que creen lo dicho por un santo (cuyo nombre en este momento no recuerdo): “donde abundo el pecado, sobreabundo la gracia de Dios”.

Ser católico e ir a misa es el acto de mayor limpieza espiritual y mental que puede hacer el ser humano una vez a la semana, así como también sería muy sano confesarse, salir por un parque y tomarse un emoliente como lo hace doña Ana María (mi mamá) cada fin de semana en Edén de Benavides, por último y para finalizar el post no es necesario vertirse de rojo y blanco, bailar negroide y ser chelero para fomentar el patriotismo, puesto que es mucho más importante barrer la cuadra un domingo a las 6 AM, regar su jardín y dedicarse a leer. Yo confieso vergonzosamente no lo hago, pero si me consta lo hace y muy bien mi padre don Roberto Rendón Vásquez, junto a mi madre doña Ana María, con quienes me puedo pelear en un momento de cólera frustrante, pero que nunca dejarán de estar allí para sus hijos (mi hermano Roberto y yo), a ellos dos (mamá y papá) solo les puede decir que perdonen, puesto que nunca podré ser como ustedes sabio, cariñoso, y comprensivo.

Buenas noches a los soñadores de la justicia, para variar una vez más quise hablar de un tema y termine comentando sobre mi papá y mi mamá los súper Rendón-Acat.  

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