Buenas noches soñadores de la justicia llegó la hora de otro
post luego de una celebración y reflexión patriótica por el aniversario de la
independencia del Perú. Creo como justo hacer un homenaje a todas aquellas
personas que luchan por un país diferente empezando por el gremio circense de
trapecistas, payasos, domadores de fieras salvajes y por que no decirlo también
de los ambulantes que salieron a trabajar para llevar un pan a la mesa de sus
hijos.
Como no hacer un homenaje para todos aquellos que durante
los días de ocio se desviven entre el frío de las calles y el calor popular de
los aplausos para llevarnos una sonrisa u ofrecernos un buen algodón de azúcar.
También es necesario resaltar a todos los vendedores de emoliente que desde muy temprano se
encontraban en los alrededores de la avenida Brasil, para vender esta
revitalizante bebida a todo aquel que deseaba ver el desfile de las Fuerzas
Armadas.
Siempre digo que el Perú es un país donde las autoridades
son ciegas, los empresarios sordos, y el pueblo mudo. En ese entorno la
comunicación solo parece ser posible con puños, palos o piedras, pero yo
creyente en un mañana diferente soy un convencido de que la mejor forma de comunicación
empieza por una mirada profunda para con nuestro prójimo, seguido de un
estrechón de manos y un abrazo del alma que toque los corazones habidos de amor
en una lluvia que riega el desierto y da paso al bosque lleno de vida.
No crean por favor que esto para mi es sencillo, pero el
secreto está en dormir bien, despertar con emoción y devoción para trabajar por
las familias de todo extracto social y cultural, pues después de todo tanto
ricos como pobres y clase media somos el Perú de hoy que afronta los nuevos
retos impuestos por la ciencia, donde el único campo cultivable es el cambio de
una realidad que puede ser dura, pero no imposible de revertir con fe,
entusiasmo y continuidad.
Este lunes 30 inicio un nuevo reto que para muchos no tiene
sentido, pero para mi tiene el mayor de los significados, puesto que un doctor
de apellidos Ramírez Lituma, me está dando la oportunidad de reindivicarme
conmigo mismo, en un diario que es el sub-decano de la prensa nacional: El
Callao, una aventura que me llevará aun mundo que solo vi por televisión, pero
que me engrandecerá cultural y espiritualmente.
Hace años un buen Lucho Torrico (periodista de policiales)
me dijo que “uno hace al medio y no el medio a uno”, esta premisa es por demás
cierta, no importa quien sea tú público igual uno les debe el máximo esfuerzo y
además estar laborando en el principal diario del puerto peruano, es un honor
que he de llevar con optimismo, responsabilidad y emoción a mil, puesto que el
reto no es ganar por ganar, el reto es venir de abajo, dar vuelta y levantar la
copa con un atributo de los grandes: humildad.
La vida sin duda da más de una vuelta, da más de un choque
contra la pared que en mi caso fueron errores propios, alguna vez por
inexperiencia, en otras circunstancias por vehemencia, y también por supuesto
ganas no bien autodirigidas.
Si me dicen que soy un carro que choca y choca pues si lo
soy, pero lo que nadie me puede discutir es que mi corazón lleva el sello de la
pasión que ahora estará bendecida con la experiencia y la reflexión para no
caer dos veces con el mismo bache.
Peruanos soñadores, peruanos creyentes en Jesús (personaje
que encierra todos los credos), peruanos amantes de la familia, peruanos
amantes de una tierra bendecida con la minería, agricultura, pesca e industria
démosle al mundo nuestro mejor ejemplo resumido en el gozo de la lucha con el
arma de la paz en nuestras manos: la conciencia, aquella que nunca nos
reprochará el haber vivido con la convicción plena del amor en la patria, en la
familia y en nosotros mismos. Como bien dice la biblia “ayúdate que yo te
ayudaré”.
A seguir viviendo con fe soñadores de la justicia.
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