Bueno hoy en mi día de relajo de semana sabática estoy más
que contento estoy con mi primo Luigi y mi tío Eliseo, seguro esta mañana me
reencuentro con mi ángel de la guarda llamado Giancarlo, en una visita con mi
ahora novia Mei-Ling con quien ya hablé de matrimonio y seguro la boda será una
ceremonia tan intima como amena a la cual ya me aseguró su presencia Luigi,
quien cruzará los andes y Chacabuco para abrazarnos cuando sea un hombre
felizmente comprometido con la mujer que amo.
Para mucho el matrimonio hace a los hombres humanamente
completos, mientras que para otros el matrimonio hace de la soltería lujuriosa
un divorcio de la juerga semanal a la cual todo hombre común y corriente cae
todos los fines de semana después del trabajo, pero en el caso de Mei-Ling hay
una diferencia puesto que mi chinita linda se casa con un periodista
apasionado, así como con un buscador de historias de vida dignas de ser
contadas como buenos y malos ejemplos.
De mis tíos por parte de padre todos son casados y hasta
viudos, solo hay uno que por dedicarle su vida entera a sus padres y su
profesión no se llegó a casar o por lo menos nunca escuché halla sacramentando
su unión en un matrimonio, me refiero a un buen profesor de voley amante de las
playas camanejas Praxides o mejor conocido como “Praxilin”.
De los hermanos de mi papá el único que busca un amorío
idealista es Edmundo, viudo desde fines de los años 90 y que le ha entregado su
vida por completo a sus nietos y a su ahora bisnieta. Mi tío Jorge tiene un
matrimonio con la intelectualidad, además ser un romántico escritor inspirado
por su vida con mi tía Perla, cordobesa y descendiente de una familia europea
llegada a la Argentina a inicios del siglo XX.
Eliseo quien hoy me acompaña es un peruano con la elegancia
y buen vestir de un médico cardiólogo
que desarrolló su vida en un lugar tan apacible como tradicional: Metán
en Salta (Argentina), fue allí donde aprendí que es un verdadero gaucho y que
significa vivir un romance idealista con una esposa (Mirtha) que hoy lo
acompaña en la memoria y en alma de un hombre que entendió que un buen
matrimonio es para siempre y la muerte no logra separar.
Metán es un pueblo católico y tal vez algo aburrido para
quien no aprecia la paz y el caminar sin peligro en una noche de domingo, por
eso allí comer facturas y charla con el vecino en un día lluvioso es por demás
entretenido, y aunque suene falta de modestia que viva en Metán y conozca al
doctor Eliseo Rendón, simplemente no vive en Metán o Metán no vive en su gente.
Bueno retomando el tema del matrimonio en si puedo decir que
es mucho más que un papel firmado o la bendición de un cura en una ceremonia
reflexiva que muchas veces es tomada como una pre-juerga con cerveza a discreción
y donde bailar a ritmo de orquesta es más importante que abrazar a los novios
unidos por una bendición de Dios.
Alguna ves dije que un proyecto de vida es mucho más
importante que un matrimonio y a veces las parejas con pomposas ceremonias son
las que más rápido se divorcian, es más el Perú según estadística de los años
90 es el país donde menos se casan y más se divorcian paradojas de vida en un
país católico y donde los evangelistas ganan más terreno y crecen de manera
econometrica.
Es que acaso en el Perú nos casamos sin ser encantados o nos
casamos tan encantados que al vivir una realidad inesperada nos decepcionamos
en el acto. Valgan verdades el Perú es un lugar donde el machismo pipilectico
gana tanto terreno como baile del perreo vemos en cada discoteca o “pera
malograda”. Qué pasa en un país donde hablamos tanto de religión y los valores
están por los suelos a penas salimos a la calle.
Hace unos años un amigo de universidad a quien todos
conocían como el “Chato Paolo”, dijo en un desayuno estudiantil que para
casarse había que estar tan loco como cuerdo al mismo tiempo, a esto recuerdo
que mi tío Carlos (hermano de mi mamá) me decía que un día la “gila” te va a
llamar y solito vas a caer, eso era cuando tenía 6 años y lo escuchaba conversar
con un eterna novia Marielena.
La verdad hoy mi tío Carlos es un soltero renegón que se
caso con el periodismo al igual que con su cajetilla de cigarros Premier,
infaltables junto a café. De hecho el único proyecto de vida hecho matrimonio,
en la práctica diaria, que he visto perdurar es el de mis padres que pese a ser
opuestos en su cosmovisión de vida tienen un objetivo común que es ver
realizados a sus dos hijos (mi hermano Roberto y yo).
Si le tuviera que preguntar a mi primo hermano Eric, sobre
matrimonio, estoy seguro me respondería que quiere tanto las bibliotecas que un
libre le parece insuficiente, si le preguntase a mi tía Lucy (hermana de mi
mamá) me diría que de una vez me case que ella ya quiere ser tía abuela, y si
le preguntase a mi papá me diría si te casas ahora bailas solo con tu pañuelo y
si le preguntase a Mei-Ling (como que ya se lo pregunte) me diría que solo
espera el anillo para hacer el matrimonio oficial.
Amarse y unirse en matrimonio para mi es de a dos y no de a
tres ni de cuatro, serán tres y cuatro cuando vengan mis hijos con Mei-Ling en
un hogar solidamente constituido no en dinero ni en riquezas materiales, sino
en valores católicos que se traducen en las leyes universales de la ética en
conjunto con la comprensión mutua y la disciplina bien entendida al estilo
Confucio.
Donde aprendí el valor de matrimonio pues repasando la vida
de mi papá y mi mamá, y donde comprobé que el amor no se rompe ni con la
partida del ser querido en Metán con mi tío Eliseo, cuando lo vi llegar flores
a la tumba de mi tía Mirtha, y quienes seguirán este ejemplo pues todo buen
Rendón y por supuesto Luigi quien está a mi costado con su laptop.
Saludos soñadores de la justicia en el lapso de un año seré
un guardián de leyenda felizmente casado con una mujer y próxima reina de mi
vida Mei Ling.
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