Saludos
soñadores de la justicia en primer lugar agradecer a mis tíos Lucho y Blanca
Yong por ser los primeros auspiciadores de este blog, así que entre martes y
miércoles ya podrán ver el enlace con el chifa San Joy Lao de la calle Capón y
también de la avenida Caminos del Inca en Surco (a una cuadra del cruce con
Benavides), gracias por confiar en mi y gracias por ser parte de los soñadores
de la justicia.
Bueno hoy
quiero contar una historia digna de oriente allá por la lejana China, en uno de
los picos de sus altas montañas. La leyenda habla de una princesa cuyo padre al
morir la dejó con su madre prometiéndole, que este enviaría un príncipe que la
cuidaría en todo momento y que este llegaría desde occidente de manera mágica,
además el padre de la princesa predijo que este la besaría antes de lo pensado.
Los años
pasaron haciendo que la princesa pierda la fe en que ese amor de ensueño
llegaría, algún signo pensaba ella, tenía que haber, alguna señal para
reconocer al príncipe que desde el occidente tendría que tocar su corazón.
Con el
pasar del tiempo un joven que no sabía que camino debía tomar en su vida empezó
a merodear el reino de la princesa.
Mientras el
joven buscada su destino en todo lugar y en ninguno al mismo tiempo esta
princesa se despertaba para cuidar sus flores y velar por su familia (mamá y
hermano), mientras el joven iba de trabajo en trabajo y probando cuanto oficia
podría haber en busca que algo le apasionara tanto como echar raíces y sembrar
un hogar lleno de prosperidad.
Un día este
joven por pura aventura y necesidad dejó el reino, al cual pensó jamás
volvería, pero en un tiempo muy corto lo llamaron para que se vuelva un relator
de los mandatos de los jueces del reino, puesto que tenía capacidad de captar
la atención de la gente entregándose con amor a quien lo escuchara y también
estaba dispuesto a empezar una vida desde cero si de encontrar su pasión se
tratase.
Con el
pasar del tiempo el joven no solo se volvió un relator, sino también un
escribano de nuevos mensajes para todo aquel que deseará un mundo mejor, y
transmitiera esperanza a cuanta comunidad existiese, por esas casualidades de
la vida esta princesa de nombre Mei-Ling, escuchó uno de estos mensajes y se
quedo con una frase para su prosperidad, esta era: “tú compromiso con la paz es
mi seguridad”, por allí esta princesa se enteró que aquel relator llevaba como
nombre Vladimir, y en una de sus caminatas ambos se vieron, entonces algo mágico
salió de los labios de Vladimir: “me permite darle un beso bella dama”, la
princesa solo atinó a cerrar los ojos y a soñar. El resto es una historia de
confianza y sinceridad entre ambos que han prometido quererse por siempre y
cultivar el amor que ese beso despertó.
A esto cabe
mencionar que el reino mágico estaba “entre las montañas y el mar” y en
chino-mandarín la pronunciación es “San Joy Lao”, el nombre “Vladirmir” de
origen eslavo quiere decir “príncipe de la paz”, mientras que Mei-Ling es en castellano
“carácter magnifico”, y es la conjugación estas tres circunstancias las dieron
vida a los soñadores de la justicia, por ello le doy gracias a todo aquel que
confía en este servidor de todo corazón.
Gracias de
por vida a la gran familia San Joy Lao, con el doctor Lucho Yong y mi tía
Blanca a la cabeza.
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