lunes, 13 de agosto de 2012

Un cuento del guardián: Entre las montañas, el mar y la esperanza de una princesa



Saludos soñadores de la justicia en primer lugar agradecer a mis tíos Lucho y Blanca Yong por ser los primeros auspiciadores de este blog, así que entre martes y miércoles ya podrán ver el enlace con el chifa San Joy Lao de la calle Capón y también de la avenida Caminos del Inca en Surco (a una cuadra del cruce con Benavides), gracias por confiar en mi y gracias por ser parte de los soñadores de la justicia.

Bueno hoy quiero contar una historia digna de oriente allá por la lejana China, en uno de los picos de sus altas montañas. La leyenda habla de una princesa cuyo padre al morir la dejó con su madre prometiéndole, que este enviaría un príncipe que la cuidaría en todo momento y que este llegaría desde occidente de manera mágica, además el padre de la princesa predijo que este la besaría antes de lo pensado.

Los años pasaron haciendo que la princesa pierda la fe en que ese amor de ensueño llegaría, algún signo pensaba ella, tenía que haber, alguna señal para reconocer al príncipe que desde el occidente tendría que tocar su corazón.

Con el pasar del tiempo un joven que no sabía que camino debía tomar en su vida empezó a merodear el reino de la princesa.

Mientras el joven buscada su destino en todo lugar y en ninguno al mismo tiempo esta princesa se despertaba para cuidar sus flores y velar por su familia (mamá y hermano), mientras el joven iba de trabajo en trabajo y probando cuanto oficia podría haber en busca que algo le apasionara tanto como echar raíces y sembrar un hogar lleno de prosperidad.

Un día este joven por pura aventura y necesidad dejó el reino, al cual pensó jamás volvería, pero en un tiempo muy corto lo llamaron para que se vuelva un relator de los mandatos de los jueces del reino, puesto que tenía capacidad de captar la atención de la gente entregándose con amor a quien lo escuchara y también estaba dispuesto a empezar una vida desde cero si de encontrar su pasión se tratase.

Con el pasar del tiempo el joven no solo se volvió un relator, sino también un escribano de nuevos mensajes para todo aquel que deseará un mundo mejor, y transmitiera esperanza a cuanta comunidad existiese, por esas casualidades de la vida esta princesa de nombre Mei-Ling, escuchó uno de estos mensajes y se quedo con una frase para su prosperidad, esta era: “tú compromiso con la paz es mi seguridad”, por allí esta princesa se enteró que aquel relator llevaba como nombre Vladimir, y en una de sus caminatas ambos se vieron, entonces algo mágico salió de los labios de Vladimir: “me permite darle un beso bella dama”, la princesa solo atinó a cerrar los ojos y a soñar. El resto es una historia de confianza y sinceridad entre ambos que han prometido quererse por siempre y cultivar el amor que ese beso despertó.

A esto cabe mencionar que el reino mágico estaba “entre las montañas y el mar” y en chino-mandarín la pronunciación es “San Joy Lao”, el nombre “Vladirmir” de origen eslavo quiere decir “príncipe de la paz”, mientras que Mei-Ling es en castellano “carácter magnifico”, y es la conjugación estas tres circunstancias las dieron vida a los soñadores de la justicia, por ello le doy gracias a todo aquel que confía en este servidor de todo corazón. 

Gracias de por vida a la gran familia San Joy Lao, con el doctor Lucho Yong y mi tía Blanca a la cabeza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario