Saludos y ahora estoy en una noche de no de copas, pero si
de algo loca encontrarme conmigo mismo es difícil, según he visto hay quienes
desde Canadá o Rusia siguen este blog razón por la cual estoy más que
agradecido, y aunque no tengo como comunicarme con ustedes directamente les
quiero decir que quien escribí aquí es mi alter ego. Ese yo escondido que adora
la oscuridad de la noche para envolverse entre las sombras de recuerdos
tormentosos, que valgan verdades me envenenan el alma dándome un motivo para
renacer como un fénix reinventándome como persona los 365 días del año o 366 si
es bisiesto.
Como dije antes soy hijo de dos abogados y hermanos de uno,
así como también sobrino de varios otros hombres de leyes, pero yo escogí ser
periodista y por esos accidentes de juventud rompí la tradición familiar
estudiando en la Universidad San Martín de Porres. A veces quiero pensar que
soy más humano que periodista, que soy un gran observador del mundo que me rodea,
así como espectador paralítico de más de un crimen, y testigo fidedigno de una
gran cantidad de mentiras.
Quién es Vladimir Rendón Acat, si voy a mi nombre Vladimir
es de origen eslavo y significa príncipe de la paz, si voy a Rendón tendría que
apelar a un fonema chino de sonido ren y el don lo usaría para decir que soy un
bendecido, en otras palabras hombre de don, sí voy al apellido Acat recordaría
a mi amigo de colegio Christian Barreto Bardales que me decía que en inglés
Acat es igual a un gato.
La verdad es que no soy un gato, no soy un hombre de don,
menos un príncipe de la paz, soy un ser humano lleno de contradicciones y que
vivió hechos de gran violencia contra mi en mis años de infancia empezando por
que mi padre me llamaba “sujeto”, y mi madre prefería regalar muñecas a sus
ahijadas antes que comprarme una bicicleta, mi hermano es amante de las salidas
para ver fútbol sin mi, y yo solo busque refugio en los dibujos animados que me
daban más de una razón para soñar con un mundo mejor.
Quién soy y a donde voy? Fue el título de uno de mis post,
pues la verdad solo se que encontré un gran cariño, comprensión, ternura, y
emoción en Mei-Ling, encontré una razón para vivir con pasión en cualquier
faceta del periodismo y entendí que
tenía que alejarme de una rueda asistencialista que me daba más frustraciones,
malos ratos, y me enfermaba sin poder dormir, y eso es algo de lo que hasta
ahora me cuestiono y sufro por ello en mi interior.
Soy un Guardián de la esperanza para quienes confían en mí,
soy un mensaje de la información cuando me pongo mi traje de periodista por las
tardes y me siento el mejor del mundo en la PC donde escribo, así me corrijan
más de una vez la redacción, no soy un hombre normal pues soy un obsesivo
pasional de mi trabajo, y la palabra exacta sería adicción.
Discuto con mi padre sí y mucho, así como me molesto con mi
madre, ante la indiferencia observadora de mi hermano, pero se me aman por que
nunca me dejan ahogarme con mi problemas, así me perdonan y luego de unos días
volvemos a lo mismo, por qué no me voy de mi casa pues no soportaría estar solo
en medio de la noche sin nadie a quien cuidar, no soportaría que ellos les pase
algo estando yo lejos.
Parece mentira hace años cuando tenía 17 y 16 años me
dijeron que servía para escribir y yo me reí pues no leía ni el Gigante que
compraba por 50 centavos, luego de unos años a ritmo de puteadas benevolentes
constantes tomé el hábito de escribir, y ahora no puedo vivir sin leer a Aldo
Mariategui, o las columnas de Rafo León en Caretas, y extraño mucho leer a Raúl
Vargas cuando no veo sus notas en la misma revista. Extraño mucho el programa
Interés Común de Carlos Urrunaga, pues me ayudaba a encontrar sentido a mi
vida.
Extraño mucho hablar con usted don Roberto Palma, y disculpe
si he sido tan ingrato de no visitarlo hace un año, extraño caminar contigo
Giancarlo y que mes tus consejos de derecha liberal, extraño mi vida en paz
encerrado con mi Súper Nintendo, jugando super soccer, extraño conversar
contigo Erick O, y contigo Erick LT.
Te extraño a ti Mei-Ling los días que por trabajo no te
puedo ver, y te estoy agradecido por quitarme de la cabeza una obsesión
frustrante de iniciales MP, y ahora la verdad vivo más feliz sabiendo que tú
estás allí contenta cuando te muestro una sonrisa, o te digo que me fue bien.
Extraño conversar con Camatex, y extraño cuando en una
semana no se de mi buen jefe NS, o ahora extraño los días que no recibo consejo
de mi editora Ana María, extraño un mundo en paz, donde las cosas de adultos se
quedaban en adultos y los niños arreglaban todo jugando escondidas, chapadas o
siete pecados.
Extraño mi vida rodeada de sueños que un día se harán
realidad, y lo extraño por que desde las 11 AM me choco con una pared llamada
realidad, pero una cosa aprendí con sinceridad esta no me frustrara, y el
fracaso ya no me vencerá por que deje de ser un asistencialista obtuso, para
regresar a ser un periodista apasionado y ser humano que todos los días sueñe
con un mundo mejor.
Esta fue la gran leyenda del Guardián del fin de semana,
hasta el lunes soñador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario