martes, 29 de mayo de 2012

Arriba Perú por siempre, pero más arriba la amistad peruano-chilena


Hola buenas noches llegó el momento de otro post esta noche hablaré sobre la historia aprendida de la peor manera: la paporreta, esa es la forma en que nos dictan las clases de historia en el colegio, ya sea nacional o particular todos los años abrimos los libros de historia con los mismos temas que nos imparten desde primer grado.

Dicen que la historia la escriben los ganadores, pero en el caso peruano la mayoría de veces es escrita por perdedores. La versión de la Guerra del Pacifico es tan sosa como generadora de odios contra un país amigo como es Chile. Yo pregunto por que no nos cuentan la verdad sobre ese conflicto en el cual no teníamos vela, el problema limítrofe era de los bolivianos y nosotros por buena gente nos compramos un pleito donde nuestros hermanitos bolivianos nos abandonaron el Alto de la Alianza, y encima por celos mezquinos de poder entre Ramón Castilla, y Cáceres murieron Bolognesi y sus hombres, como dicen no hay mayor enemigo de un peruano que no sea otro peruano.

Yo he estado en Chile tres veces, y la verdad a no ser por un susto en la calle Bellavista en 1999, la pase de lo mejor y fueron chilenos los que me hicieron sentir como en casa y comer rico, por supuesto probé el gran pastel de manzana que prepara mi mamá sureña Marta, una mujer que tiene tanto amor por su prójimo como el de mi mamá y mi papá.

Por que cuento esto, bueno pues estoy hartó escuchar pleitos tontos por un conflicto que terminó hace más de cien años, en el cual si bien es cierto murieron muchos peruanos y quedamos muy dañados en nuestra estima, no hemos sido capaz de superarlo con el pasar de los años, y seguimos haciendo sangrar un herida que debe de estar bien cerrada y solo mostrada en un museo o visto desde un punto de vista analítico. Comprendiendo que la Guerra del Pacifico fue en otro momento del mundo y que revivirlo es locura extrema.

Por el contrario de revivir un conflicto del siglo 19,  a Chile lo debemos de ver como un gran mercado donde vender nuestros productos. Que el pisco es peruano es 100% cierto, pero que fueron los chilenos quienes lo marketearon ante el mundo es más cierto aún, y saben que los mismo chilenos reconocen que el pisco peruano es mucho mejor.

En lugar de revivir un conflicto, debemos de aprender que hicieron bien ellos para mejorarlo nosotros.

Sobre el peruano que murió por una mina antitanques debemos de decir que este no debía de circular por una zona prohibida, pues los controles fronterizos existen con un objetivo y en el caso de la frontera sur es no permitir el paso del contrabando no solo peruano, sino también boliviano, y que además en cada control chileno existe un médico que puede auxiliar a un viajero en caso de emergencia.

Yo me siento feliz en Perú y de hecho tenemos un mejor clima, así como más reservas de agua y energía que Chile, si me preguntan por el diferendo marítimo en la Haya diré que sea cual sea el fallo a los dos les va a doler y en el fondo debemos de pensar que el norte de Chile vive del comercio fronterizo tanto como nosotros en el sur, por eso pensar en una guerra por el fallo de la haya es tan solo acomplejarnos por un tema que puede ser superado con buena voluntad, caballerosidad y sin mezquindad.



Quieren saber por que admiro a los chilenos, por que sus empresas son competentes en el mundo, viven pensando de forma progresista sin acomplejarse y saben algo me encanta la comida de mi mamá Marta, pero en general los peruanos comemos mejor y por eso los chilenos nos quieren copiar, si alguna vez peleamos por una jugada de fútbol llamada chalaca y para ellos chilena pues para mi lo lindo es ver goles de esa talla al margen de la nacionalidad de su nombre.

Recuerdo como cuando los peruanos sufríamos de una epidemia de cólera y no habían equipos del extranjero que quisieran jugar con sus pares peruanos, vino la Universidad Católica con Chemo a la cabeza y hasta de arquero para jugar un amistoso en un aniversario de Alianza Lima, además cuando los de La Victoria cayeron al mar de Ventanilla en un lamentable accidente, fue Colo Colo, quien pagó tres o cuatro jugadores para que se vistieran de blanco y azul.

Quieren otro ejemplo el último día de la madre, millares de chilenos fueron a comprar regalos a Tacna, dándole trabajo a más de un peruano, además nuestros espárragos también se venden en Chile, así como hoy hay un peruano que se la juega en cada partido con lo mejor que tiene como es el caso de Raúl Ruidiaz en la U. De Chile, equipo donde también destacó Flavio Maestri.

Ahora desadaptados e idiotas hay en todos lados que nos sorprendan si un hay un insulto antiperuano o antichileno, en alguno de los dos países, entonces se pondrá a prueba la grandeza de cada uno al responder con indiferencia ante la brutalidad que puede ocurrir en cualquiera de los dos territorios.

Ojo soy bien peruano, pero me desengañé de las tonterías contadas en los libros de colegio obsoletos que hasta hoy de manera errónea se siguen usando, por que Perú ha salido adelante y mejoró mucho gracias al aporte chileno y si han habido abusos, también es cierto, pero por eso tenemos que autoridades que tienen que hacer prevalecer la ley, y allí los chilenos son más que respetuosos.

Admiro a un presidente sensato y empresario exitoso como Sebastián Piñera, que fue claro al decir que a “Dios lo que es de Dios y  a la Haya lo que es de la Haya”.

A los peruanos en lugar molestarnos por el éxito chilenos debemos de copiar lo bueno que hacen y mejorarlo, debemos de ver en Chile un ejemplo de éxito, y dejar de lado historia que nos dividió, para ver un futuro diferente de prosperidad.

Escribo esto por que quiero mucho a la familia Avellaira, en especial a Marta, quien nunca me negó ni me negará un lugar especial en Santiago, me gusta mucho caminar por Cruchaga Mont, y comprar el Líder cercano a una estación del metro de Santiago.

También doy gracias de cómo me trataron los amigos periodistas de radio Portales, allá por 1999, y doy gracias a que Marta siempre me recibe un pastel de manzana que endulzan mis días en Santiago cuando voy de visita.

Arriba Perú por siempre, pero más arriba la amistad peruano-chilena.

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