Bueno este lunes a las 2: 49 AM llegó la hora de otro post.
Sobre que tema exactamente no lo se, dejaré fluir mi corazón en conjunto con mi
mente para que mi manos den vida a un relato de amor muy al estilo de este
“guardián de leyenda”. En distintos artículo les he hablado de la sinceridad,
que no es otra más que la verdad percibida por una persona de 34 que se llega a
indignar por cuanto hecho lamentable pasa en el mundo y más en la ciudad en que
vivo (Lima).
Pues creo que llegó la hora de hablar sobre la lealtad o
fidelidad, antes de contar esto debo de confesarme que no entendía el
significado de estas dos palabras hasta muchos años después de vivir en
penumbra conseguí ver una luz en el camino de la vida, gracias a un mentor como
lo es Camatex puesto que la confianza que él me dio me llevo a descubrir en mi
un potencial extraño que se podría definir con una palabra demasiado manoseada
en la sociedad actual. Me refiero a la amistad.
Como conté antes a Camatex lo decepcioné en más de una
ocasión, pero por que nunca dejó de confiar en mi es la pregunta que me
rondaba. Aquella respuesta la encontré en diciembre del 2011 cuando saliendo de
mi redacción para almorzar mi mentor y amigo me dijo: “eres responsable, no
juegas sucio, y encima eres 100% camiseta en tú trabajo”.
Que decirles como nunca por primera vez en 10 años me sentía
la persona más valorada del mundo y como paso esto pues muy simple me amanecí
dos veces sin que me lo pidan, llegaba a mi redacción una o dos horas antes de
mi entrada oficial, y salía cuando ya todos se habían ido (bueno tal vez esto
último de la salida sea un poquito exagerado).
El nombre de Camatex es Carlos, una persona que bastante
renegona si te quiere de verdad, y que no se cansa de darte oportunidades si no
le juegas sucio y eso es a donde voy si una persona es valorada por ti, la
quieres tanto que dejarías de comer por él o por ella te va querer con la misma
fuerza en tú lo quieres. A estas personas uno nunca les miente o se sienten mal
si piensas que en algún le fallaste.
Y aunque suene reiterativo la lealtad o fidelidad va de la
mano con la sinceridad, pero no con la sinceridad que va de ti para afuera,
sino con la sinceridad que va de ti para adentro. Es decir uno nunca traiciona
a otra persona o a un grupo de personas, uno se traiciona así mismo cuando va
en contra de los valores en lo que uno cree de manera innata, y salen de ti
para darle a los demás.
Una frase me quedó muy grabada de una conferencia de hace
tres años, “uno nunca da lo que no tiene” y el que te dice que te dará lo que
no tiene es simplemente un estafador. Uno da o es el reflejo de lo que tiene
por dentro ya sea por que naciste con ello, por que te educaron de una manera
determinada, o por que el momento te lleva a una rabia desmedida por la
indignación que te producen lo hechos de tu alrededor. A mi me han pasado los
tres casos.
Siendo 21 de mayo del 2012 con treinta y cuatro años encima
próximo a cumplir 35, y a las 3:06 AM estoy 100% seguro que nací siendo dócil y
muy tierno, fui educado para hacer el bien, así ha actuar con sensatez, y
desato una rabia desmedida muy grande cuando me indigno por hechos que no me
parecen justos, cuando alguien miente descaradamente, o simplemente cuando veo
las noticias del día a día, es decir me indigno siempre pues soy periodista y
veo como en las calles la gente se saca los ojos por un bien metal o tener
poder sobre un determinado lugar para hacer y deshacer a su antojo, sin
importar a quien pisan en el camino.
Como siempre digo en mi post soy humano, y solo el sueño
profundo cura las heridas causadas por las espinas que hay en el candas diario
de mi profesión de periodista. Saben algo también detesto las borracheras, pero
de vez en cuando toma una cerveza como cualquier mortal en una discoteca. Es lo
que mata al ser humano de alma y cuerpo son los extremos o polarizaciones, esos casos los veo todos
los días y solo traen una intolerancia que crea una bola de nieve que al
estallar a todos golpea a todos en su honra, así como su dignidad.
Las cicatrices se traducen en insultos, desconfianza, y
chismosearía que a la larga generan una nueva bola de nieve bautizada con la
ira que a la larga nos trae un sentimiento de venganza y como colofón una
guerra donde el único efecto post son sobrevivientes con hambre y pobreza.
Esas son las heridas de una sociedad como en la vivo hoy,
donde viejos rencillas nos dividen tontamente de un vecino país del sur con el
cual hacemos negocios a diario y movemos la economía local. Quieren un solo
ejemplo díganme cuantos peruanos compran en Saga y Ripley, díganme cuantos peruanos son proveedores de las empresas
mencionadas, y díganme cuantos peruanos viven de los turistas chilenos en el
sur de este país, tan rico en territorio como mezquino y envidioso en
población.
Por ello me pregunto a quien le tengo que ser leal o fiel en
mi vida, a quien me debo en mi quehacer diario, a quien le debo una mano amiga
en mi recorrida de vida? Solo me doy una respuesta guiado por la sensatez y la
ternura que llevo por dentro. Le debo lealtad a mis principios, le debo
fidelidad a mi familia, y le debo una amiga a quienes con su voluntad me dan la
oportunidad de forjar un mejor lugar para vivir día tras día.
Con este post solo quiero decir que aunque suene a santidad
no se debe responder una agresión con violencia, sino con indiferencia, y no
darle atención a quienes nos hicieron daño será la mejor manera de no llenarnos
de ira. Lo digo yo que ya cometí ese error y que no quiero repetir, ni darle
ese ejemplo a quienes sean mis hijos. Al final el triunfo de uno o el cariño de
los otros hacía uno será el mejor premio o mejo legado que dejaremos a quien no
tome la posta.
Así lo veo en mi padre, mi madre, mi hermano y mi familia en
general a la cual ya pertenece mi amada Mei-Ling, y saben nada en esta vida se
compara a un abrazo Alta Vida, nada en esta vida es más reconfortante que una
palabra respondida con amor, en cualquiera de formas, por que el fondo es lo
único que heredamos.
Bueno soñadores hasta otro post que tenga buenas noches.
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