lunes, 11 de junio de 2012

¿Por qué no le pido triunfos a la selección? “La conchudez malintencionada”


Saludos a quienes tengan a bien leer este blog, agradezco a ustedes por seguir las opiniones de este periodista o soñador apasionado que un día se alejo de los valores que defendía por ir a un asistencialismo que hoy nos sigue condenando al último lugar de América en fútbol y en calidad de vida.

Luego de muchos años de andar al ritmo de la marea de la cólera y el resentimiento cambié mi visión de vida tratando de ser impecable con mi palabra, así como dar el 100% en todo lo que emprenda comprometiéndome con mi vida.

Bueno este domingo perdió Perú por 4-2 ante Uruguay en el mítico Centenario de Montevideo, me dolió la derrota como peruano si, pero más me duele la indiferente mentira que nos creemos por tratar pasar rápido este trago amargo. Lo que en verdad hacemos los peruanos en el 90% de casos es ser el emperador del cuento. Donde nos vestimos “supuestamente” con un elegante traje, que solo puede ser visto por “inteligentes”, cuando en verdad estamos desnudos evadiendo una realidad. Es tal cual esconder la basura de la sala en el jardín trasero.

En este post expresaré mi opinión de por que estamos condenados a vivir, la vida de otros. Alguna vez dije que el Perú es una república mal parida, por que aquí las autoridades son ciegas, los empresarios son sordos, y los ciudadanos son mudos, ante la violencia de quienes trafican con la pobreza vía el asistencialismo.

Es como contaba Julio Ramón Ribeyro en uno de sus cuentos, cuando un chancho era alimentado con basura, recogida por dos niños, explotados por un abuelo que añoraba vender el cerdo para curarse la vista. Este cuadro se retrata en todo el país de una u otra manera.

San Miguel es el distrito con más parques de Lima, creo yo, pero sin embargo los niños en N cantidad de ocasiones, no pueden jugar con tranquilidad en el parque por la inseguridad ciudadana, y los constantes males a los cuales están expuestos por pandillas de drogadictos.

Además en otros distritos sí tuviera un hijo de 7 años no podría jugar sobre el césped de un parque, por que sería echado por los serenos que solo atinan a cuidar los jardines, las flores, y demás plantas, olvidando que un niño no tiene acceso a una cancha sintética, donde se paga por lo menos 70 soles la hora para que juegue pelota con sus amigos del barrio (además es pésimo si un niño carga tarjeta de crédito o un billete de 100 soles), puesto que aún no tiene criterio para usar bien el dinero.

Vamos al colegio muy al margen de los casos constantes de violencia en la escuela, pensemos que muchos centros escolares privados son casas mal adaptadas para la educación, donde no hay áreas verdes, campos deportivos o laboratorios de ciencia.




Muchos nidos son garajes administrados por personas que ven el tema lucrativo antes del académico, y ponen en la balanza las ganancias antes que la buen aprestamiento.

Por último no solo se trata de poner la educación física en la currícula escolar, sino también de que hallan profesores debidamente capacitados por dictar el curso, y un lugar adecuado. La educación física no solo es correr, es tener conciencia de tú cuerpo, tú alimentación, tú parada, tú contacto con el mundo, y darle al alumno el concepto y la práctica de la competencia leal.

Les pregunto tenemos esto en el Perú, le pedimos triunfos a una selección como si viviéramos en un  lugar donde el deporte es práctica diaria. Es tal cual pedirle a un Toyota que corra como un Ferrari, o tenga la elegancia de un Mercedes Benz. La verdad que conchudos somos para pedirle a otros, lo que somos incapaces de hacer por nosotros mismos.

La verdad a pesar de todo se que aún no estamos muertos, y así estemos muertos habrá nuevas generaciones de peruanos que podamos cambiar el curso de la historia. Estoy seguro que un día dejaremos de vivir de fantasías, para aterrizar en una realidad que podemos cambiar con educación, solidaridad, y conciencia de nuestro medio ambiente.

Estoy seguro que la minería formal, podrá convivir con la agricultura, la ganadería, si todos cambiamos el diálogo, por acuerdos y acciones concretas, decir queremos solo diálogo es caer en un barril sin fondo, que abrigará el perverso asistencialismo de quienes ven en la tierra del olvido, su campo incendiario, cuyo escudo es argumentar una libertad que atenta contra el Estado de Derecho de todos los peruanos.

Tengo derecho a vivir en un país libre, tengo derecho a decidir que vida quiero vivir, tengo derecho a decirle al mentiroso, mentiroso, y este tiene derecho a enjuiciarme si se siente agredido, como también tengo el deber de pedir que me desmienta si yo he mentido.

En el buen sentido me revelo contra la esclavitud espiritual a la cual me condenó una educación malintencionada, arcaica, y que usa la violencia como medio para expandirse.

Me revelo leyendo un diario que considere me alimenta de conocimiento, y me llena de reflexión, me revelo contra todo aquel que tire la piedra, esconda la mano y se escude en su mentira ambiental. Le reclamo a las autoridades cumplan con hacer cumplir las leyes.

Pediré a mi selección le gane a Uruguay, en el Centenario cuando vivamos en un país educado, y donde se pueda viajar sin riesgo a tomar una carretera, pediré llegar al mundial cuando los colegios enseñen básquet, rugby, natación y donde formen a quien sea mi hijo con una conciencia deportiva de competencia leal.

Antes que eso pase tengo que soñar, y comprometerme con mi país desde mi familia, mi trabajo y mis amigos, así como por supuesto mi vida. Pensar en un Perú ganador es algo real y que se puede conseguir, pero siempre recordemos que todo gran logro se da un primer paso, y varios acuerdos por cumplir. Bueno soñadores de la justicia, es tarde y ustedes querrán ver otros blog o textos por Internet, gracias por su atención.

Saludos de un Guardián de Leyenda.

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