viernes, 15 de junio de 2012

Para cerrar la semana un saludo a mi papá y mamá por el día del padre


Llegó la hora de un post de cierre de semana, este Guardián de Leyenda esta con la nariz tupida, pero contento a la vez. Creo haberle dado a mi padre el primer regalo que mi corazón me guió a elegir, no es un barril de oro, tampoco es el millón que le debo desde que nací, pero es algo que simplemente indica como lo quiero.

El presente es una tasa con la inscripción. “Hijo de Roberto, esposo de Ana María y papá de Tito y Vladi”, cuando lo vea espero por una sola vez en su vida se emocione por algo que su hijo imperfecto le pudo dar, a un papá que con 75 años o más no se cansa de trabajar por darle lo mejor a una familia, que tal vez le trajo muchos más problemas que alegrías, pero nunca lo olvida y necesita de su liderazgo para seguir unida.

Es curioso ser imperfecto, me hacer ser perfectamente humano, por que lo perfecto es enemigo de lo bueno, y mucho mejor que una opción negativa que no brinda sueños de esperanza. Mi grandes problemas de vida, es comprarme de manera gratuita los problemas de quienes amo, siento que mi papá no quiso un hijo, quiso un héroe que como él cargue bajo sus hombros el peso de los pecados del mundo. No es que sea Cristo, pero desde que mi papá me dice no compra una Coca Cola en la playa para darme un pan en el desayuno, me hace sentir culpable de los errores que cometí, cometo, y sigo cometiendo.

Mi papá es un buen hombre, hecho en valores y lealtad para los que ama, pero a ciencia cierta no se quien tenga un amor mayor que él hacía su prójimo, tal vez por eso encontró en mi mamá a la persona con quien compartir su vida. Entre ellos dos forman un rayo de sol que alimenta esperanza para quien pasa a su lado, desde la persona que con quien se cruzan en la combi, hasta la último amigo con el que hablan por teléfono antes de irse a dormir a las 9 PM en punto.

Tanto mi mamá como mi papá no me bautizaron, ni me llevaron de la mano a misa, menos me tuvieron paciencia cuando no podía comprender que las matemáticas en la primaria y la secundaria, eso nunca fue lo mío, y que si no fuera por una calculadora jamás sabría cuanto es 2+2, pero ellos solo querían que estudie por que así lo marca la norma familiar en mi país.

Cuando fui al colegio no existía Internet, menos Youtube, portal que hoy se ha vuelto mi mejor libro de consulta. Es más en mi casa no había computadora, pero si frutas, verduras, carne y sobre todo menestras para la comida diaria. Ropa nunca falto, así como agua calienta y un buen techo para dormir, no solo yo sino también para cuanto amigo viniese a visitarnos del extranjero o el interior.

Creo que recién hace pocos años comprendí por que mi papá nunca le cerró las puertas de su casa a nadie, quien le pidiese un lugar para pasar la noche, pues eran viajeros de paso por Lima. Saben por que lo hacía, por que él recibió lo mismo de personas de buen corazón a todo país al que viajó en su juventud.

Hasta ahora me arrepiento de no poderle dar las gracias al señor Chung Chang Kim, una persona noble que tal vez le costó entender el español de mi papá, pues hablaba chino-mandarín en la lejana Polonia de los años 60, pero el poder de un abrazo y el estrechón de manos de mi papá pudo más que cualquier fonema de su compleja lengua asiática.

Una vez con justa razón de la cual yo alguna vez renegué, me dijeron que mi papá era el mejor amigo peruano de China, así como también recuerdo en un viaje a La Habana en 1989. Este señor que a mucho orgullo es mi papá, fue no solo aplaudido en un Congreso de juristas en aquella travesía, sino que también le ofrecieron hacerme un análisis a mí vista totalmente gratuita en un hospital de isla.

Discrepo mucho con el comunismo y con las ideas que antaño mi papá pudo defender por que el mundo era opuesto al de hoy, pero jamás podré renegar del espíritu de caballero del que goza, así como tampoco jamás podré reprochar a mi madre por haberme dado ese papá, y viceversa.

Hasta ahora no llego a comprender como estas dos personas de caracteres opuestos tienen 38 años como pareja, y digo como pareja por que hasta ahora la gran duda es saber si un día se casaron por la ley del hombre y la ley de Dios. Ni siquiera mis abuelos lo llegaron a saber y yo menos.

Roberto y Ana María son más que un matrimonio y un proyecto de vida, son personas que donde fueron o por donde pasaron en sus largas caminatas, dejaron un legado diferente al del resto de personas. Ellos no son mortales, por que su buen corazón dejó en más de un ser humano, un ejemplo concreto de solidaridad, y vocación de servicio. Mis padres con todos los errores que pudieron haber cometido conmigo en mi solitaria infancia, son tal para cual, un dúo dinámico de aquellos que están en extinción.

Son dos personas con grandeza por que no compran las cosas las consiguen con su trabajo y su fe. No se si mis abuelos Serafina y Roberto o si don Rosendo y Luzmila, le pidieron a Dios que una a este hombre y esta mujer. Lo que sí se es un día muy lejano Mei-Ling y yo seremos su versión mejorada.

Buenas noches soñadores de la justicia, ah antes de irme el polo se dará sin sorteo y será mi tío el Carlos el beneficiado no por que sea el único que halla escrito, sino por que después de casi 35 años por una sola vez en su vida, siente fe en mi.

Ahora si hasta el lunes. 

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