martes, 12 de junio de 2012

Día del padre y un perdón pendiente



Bueno soñadores aunque bastante tarde me animo a dar un post no se si será largo o corto, no se que tanto escribiré esta noche, pero tengo la necesidad de expresar mis sentimientos mediante este post. Hoy fui a ver Madagascar, antes de eso fui al cementerio a dejarle flores al padre y a la abuelita de Mei Ling, mi amada y bella amiga, compañera, y socia de vida de por vida.

En el intermedio me reencontré con un caballero de fina estampa, y amplios conocimientos que me dio una visión de vida diferente, hoy tengo que cumplir con varios acuerdos pendientes, así como concretar más de un tema pendiente, y tal vez este sea un post sobre temas pendientes, y por qué siempre dejo como muchos cosas para después.

Hace un tiempo me di cuenta que solo el tomar acción sobre mi ideas, me llevarían a concretar mis sueños de grandeza, fue una de las premisas que usaron en la Guerra de las Galaxias, cuando explicaron por qué hicieron una nueva trilogía con la Amenaza Fantasma, el Ataque de los Clones, y la Venganza del Sith, siempre regresar al origen nos ayuda a recuperar la perspectiva y el norte a seguir, aunque también nos puede mostrar el sur, el oriente, y el occidente como alternativas, allá de nosotros cual escogeremos para vivir, según nuestra pasión de vida.

Si se lo preguntará a mi amiga Katia, me respondería lo mismo que mi mamá que su pasión de vida es ver a sus hijos realizados, viviendo su independencia con responsabilidad. Si se lo preguntase a mi papá me respondería que no espera nada de mi, y que el solo quiere trabajar como lo ha hecho desde la década del 40 cuando salió a vender caretas de carnaval en su recordada Arequipa de la Calle Nueva, aquella de la cual escribió mi tío Jorge, haciendo énfasis en mi abuelo Roberto y su tío Porfirio Vásquez, hermano de mi abuela Serafina, que fue sino me equivoco el primer abogado de mi familia.

A don Roberto Rendón Vásquez, le pueden decir de todo menos ocioso, nadie puede cuestionar su honradez, así como su nivel de ética, llevada a un extremo que muchas no puedo compartir, por su forma rígida de ver la ley y el amor a quienes ama y juzga con dureza para hacer más grandes las instituciones o su familia.

Este domingo es el día del padre, lamento decirme a mi mismo que fui incapaz de hacer sonreír a este doctor, que con mucho cariño llaman don Roberto, y que un día espera pasar su cumpleaños comiendo queso helado en Arequipa, y tomando adobo en el desayuno preparado por mi tía Jacinta, teniendo en la silla del costado a mi mamá.

Para muchos mi papá es muy oriental o siendo más especifico buen chino por la amistad que lo une a la República Popular, a la cual no solo le debe buenos amigos, sino también un ejemplo de lo que pudo alcanzar en su vida con menos de 32 años y un poco de voluntad por doblegar a una realidad que le podría haber sido adversa, pero que el siempre vio como un reto a superar.

Don Roberto, ve la vida como un desafío diario donde el ahorro y la voluntad sin miedo marcan la pauta de su agenda, pero valgan verdades mi papá no hubiera sido tan gran profesional, sino hubiera tenido a mi mamá. Por que doña Ana María, es su alter ego, en el cual reposa su familia, aquella que nunca quiso descuidar, pero que el trabajo pudo llevar a ver diferente, por el trajín diario.

No puedo concebir a mi padre, sin ahorrar y sin trabajar, por que sino tiene trabajo lo inventa, sino tiene margen de ganancia lo genera, sino tiene opción la busca cambiando de punto cardinal, y esto se lo debe a los valores enseñados por otro Roberto Rendón, su papá mi abuelo, aquel que murió de un mal de bronquios en el verano del 2001, pero que nunca renuncio a su vida, a pesar de haber pedido a su esposa en 1986 por un cáncer fulminante.

No es que mi papá sea súper papá o súper abogado, por lo contrario es solo un ser humano apasionado, que tal vez en algún momento de su vida cometió el error de traer al mundo a un hijo imperfecto como yo, que me confieso incapaz de ser igual a él, y esa frustración la cargaré de por vida, no podré ser nunca como él, empezando que yo soy periodista y él abogado, yo soy alborotado y el centrado, yo soy hirviente, y é hace de la frío análisis, la calentura apasionada para resolver sus problemas diarios.

Bueno empecé hablando de  cosas que dejamos pendientes, y terminé hablando de mi padre, por que mi único tema pendiente es pedirle perdón por todos los problemas en que me meto y él me los resuelve, junto con el amor de mi mamá. Mi gran tema pendiente es pedirle perdón por que así pasen 1000 años nunca seré tan grande en voluntad y pasión de vida como don Roberto Rendón Vásquez, el doctor, señor, y padre inquebrantable.


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