Vaya
soñadores de la justicia llegó la hora de otro post, que espero no sea tan
largo, aunque tal vez quisiera contar como mi vida cambia, cambió y sigue
cambiando en torno a las vueltas que tiene el destino y las salidas que
presenta el laberinto de la vida, que no es otra cosa más que el andar abriendo
trocha y pavimentando lo que dejaste en tú ser, para aprender con tus propias
experiencias y dejarle a quien nos tome la posta un lugar llamado corazón.
Como dije
antes fui víctima del acoso escolar durante 11 años en cuatro colegios, el
llamado bullying se acento de manera muy fuerte en la última escuela por la
cual pasé y donde siento no me gradué, sino me dejaron en libertad con un gran
encierro de recuerdos y malas pasadas que autogeneran en mi una ira, tan
rabiosa que a diario quiero ser el justiciero soñador que lleve esperanza a un
mundo que todos vemos o creemos es cruel, quienes me hicieron lo que me
hicieron en el colegio son el equivalente a los conquistadores que llegaron a
América post Colón, de hecho mis padres a los cuales de alguna manera culpo y
me culpan a mi por lo vivido en el colegio son el equivalente a la Corte de
Cádiz, que juzga los hechos aquí ocurridos con otra cosmovisión de vida y solo
sabiendo el titular mas no le cuerpo de los hechos.
Soy un
periodista, no muy leído, tal vez sea mejor escuchador, pero si creo la
reconciliación conmigo mismo no se dará hasta que cruce la frontera de mi
hogar, para construir el mío propio, en un inicio con Bucky (mi perro) y luego
sumándose Mei Ling, mi novia, pero para ello un abrazo de fe y esperanza
necesito tanto de mis padres, como de quienes dicen quererme y safan cuerpo
cuando necesito de ellos.
De hecho no
quiero dejar la casa donde crecí y vivo, pero tengo que hacerlo pues mi casa no
es, ni será ya por propia voluntad firme los documentos por los cuales mi padre
mi desheredar de todo bien y tuvo razón en hacerlo, le robé descaradamente sus
marfiles para venderlos a mejor postor, luego pagó mucho por recuperarlos, es
que nunca entendí que esos marfiles representan la vida de mi padre que se
traduce en fortaleza, arte, clase, estilo, ilación y amor por un arte ancestral
que trajo de una travesía inhóspita para su época y que tal vez nunca repetirá
y yo tampoco podré imitarla, por ello el día que mi padre escoja dejarme yo me
encargaré que él se vaya a mejor vida con todos y cada uno de sus trofeos
conseguidos con sus mejores armas: fe y valentía, puesto que yo no los quiero y
nadie los merece más que él y solo él.
No me
siento orgulloso de autoproclamarme ladrón, mentiroso y timador por haber
robado y vendido los marfiles de mi padre, pero las deudas por tarjetas de
crédito y la falta de trabajo de aquel momento me obligaron, siento vergüenza
de mi, hace mucho no puedo mirar a mi padre a los ojos y menos a mi padre para
decirles que siento mucho hallan engendrado y parido un ladrón, que merece más
estar en una cárcel que durmiendo en el cuarto al costado del suyo, no se como
decirte papá que no merezco tú apellido, que no merezco el nombre que tuvo a
bien ponerme mi madre, que no merezco tú amor y menos los 20 soles que a diario
y yo recibo tragando la saliva, para movilizarme, almorzar y tomar una gaseosa
ahora que estoy en un nuevo trabajo.
De verdad
no merezco ser Rendón y menos Acat, ambas familias son honradas y defienden
ideales, mientras yo defiendo bien metal junto a mi Bucky, no se como decirte
papá que tan solo quiero tú bendición el día que de tú casa me aleje, no se
como decirte que quiero que me entierres en tú memoria y el jardín de mi madre
para que sus flores broten en paz y sin duros golpes a su autoestima que le doy
a diario por míseros 10 soles que necesito por que siempre algo inesperado hay.
A los
chicos del ayer que estudiaron conmigo en el colegio decirles que no estoy
resentido con ustedes, sino conmigo por no saber defenderme mostrándoles
indiferencia en su momento, si alguna vez digo o escribo alguna nota de humor
negro es por que ello lo aprendí de ustedes y me gusta compartir lo que aprendo
o aprendí en este camino llamado vida, que se traduce en un juego de
persistencia y agilidad, más no de fuerza e insulto a quien no piensa como tú,
de verdad disculpa Renzo Pastor, nunca quise alterarte, pero creo que mucha
correa te faltó para entender lo que escribía probando mi prosa literaria, para
un día escribir el libro del patito feo peruano, que soy soy.
Si merezco
ser Rendón o merezco llevar el legado de los Acat-Koch, no lo se, pero si
quisiera conservar el legado de don Rosendo (mi abuelo materno), me refiero a
aquel reloj que hasta ahora da la hora y que fue obsequiado por mi tía María (a
quien no conocí), por que se reloj representa la paciencia y el temperamento
firme de un tiempo que no regresa, pero te da la enseñanza de saber esperar el
momento para ir a tomar la vida con café y leche ante la mirada un mundo que no
es igual al de ayer y tampoco al de hoy.
Si tengo
que rendir un homenaje en este post quisiera sea a mi abuelo Rosendo, quien
murió en cuerpo, más no en alma, por que mi primo-hermano Daniel, tiene todas
las de él, por que mi tío Carlos, tiene toda la honradez de don Rosendo y por
que yo aunque lejos de su mundo nunca podré ser un digno Acat o tener la
bendición de Koch con naranja y mandarina, puesto que me es imposible amar
subliminalmente como mi madre ama a mi padre, y mi padre cuida de mi madre
soñando con un mundo mejor cada día al madrugar para trabajar y andar en combi
y Metropolitano en una Lima, escasa de valores y con hijos que como yo no merecen
llevar el amor de los padres.
Buenas
noches soñadores de la justicia, que tengan una gran semana y espero no
decepcionarlos por este post sobre todo a ti papá, que Dios siempre te bendiga
por que eres José Roberto Rendón Vásquez, el que le ganó la batalla a la vida,
él que tuvo la mejor esposa en Ana María, su mejor legado en su hijo Roberto,
pero que no pudo tener un segundo heredero por mi condición de pecador innato,
ese soy yo Vladimir, perdóname por no honrar mis apellidos.
Los amo
papá, mamá y familia en general.
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