Su nombre es Marta, la conocí en 1988 cuando cursaba el quinto grado de primaria, y no tenía con quien conversar entonces un buen día o buena tarde mi papá me dijo te presento a Marta, su familia me acogió en Chile sin conocerme, y no tenía como regresar a Perú, entonces deben de haber sido los años de 60 o inicios de los 70, y el bloque de izquierda estaba en su apogeo, el padre de Marta recibió a mi padre solo por el hecho de ser un joven con valores, respetuoso, y osado profesionalmente.
De hecho mi padre permaneció un mes en Santiago sin saber si podría volver a Lima por los problemas políticos, y convulsiones sociales de la época, pero fueron los Avellaira Torres, quienes nunca le negaron a mi padre un lugar donde pasar aquellos días, desde entonces quedó sellada una amistad entre ambas familias.
Marta a quien en un inicio no sabía si decirle tía, me hacía bromas como si tuviera mi edad, y me decía Chile es libre ganó el Sí, al comentarme el referéndum que tuvo lugar en su país para definir el termino del gobierno de Pinochet, entonces ella trabajaba en una tienda del aeropuerto de Santiago, y vino de vacaciones a Lima.
De hecho ella inició su amistad conmigo al contarme sobre el metro que recorre Santiago, y se ofreció de manera muy amable a cocerme una mochila en forma de oso que se estaba deshilando, allí conversamos y me contó que sus sobrinos la querían mucho por su excelente sazón, y me dijo que le diga donde venden manzanas para que preparara su pastel preferido, de hecho cuando pise por primera vez su casa en la comuna de Quinta Normal le pedí me horneara un pastel de manzana.
Ella puede haber tenido sus golpes de vida como es normal y afronta todo mundo, pero ella a pesar de vivir sola en una quinta de Cruchaga Mont, nunca esta sola espiritualmente, siempre tiene visitas, llamadas, y donde ir un fin de semana, ya sea a la casa de su hermano Felipe, o de Víctor, quien es un ejemplo de amor cívico, pues es un respetado y admirado oficial de Policía o caravinero como les dicen Chile.
A mí me encanta decirle que es mi mamá chilena, y de hecho las tres veces que he estado en Santiago, ella me ha hecho sentir un hijo suyo preocupándose siempre por mi, preguntándome si dormir, si me hacía falta una frazada por el frío, o consultándome que quiero desayunar, almorzar, o cenar los días que me tocó estar de visita.
La verdad se que Chile es un país que con el Perú de alguna manera tiene algunas heridas abiertas por una historia de guerras, pero estoy seguro hay miles o millones de personas que como Marta que tienen una familia peruana de cariño por la cual velar, los chilenos y me consta son personas maravillosas, cuya diferencia con nosotros es su conciencia cívica, y su hábito de lectura del cual los peruanos deberíamos aprender.
Bueno seguiré hablando de mi mamá Marta, es hincha de la Unión Española pues su familia tiene la descendencia ibérica, recuerdo que cuando salí por primera vez por las calles de Santiago, Marta, me llevó a conocer todo el centro, y el mirador del cerro Santa Lucia, que vendría ser un paralelo (pero mucho más verde) del cerro San Cristóbal, hasta ahora recuerdo todo lo que caminamos por las calles, y como me acompañó a comprar mi polo de U de Chile, así como me ayudó a conseguir los regalos para mis amigos de Lima.
Hablar de Marta es hablar de una persona que es “puro corazón”, quien tiene una mano mágica en la cocina, y de hecho es su casa el lugar donde mejor he comido en todo Santiago, con ella conocí Parque Arauco, e hice mi primera compra en un Ripley del centro de su ciudad.
Es gracioso el nombre del paradero del metro cercano a la casa de Marta, es Pila del Ganso, y esta al costado de un supermercado “Líder”, en donde tenga que comprar las latas de cerveza Cristal para mi hermano Roberto, cuando voy a Chile.
Si hay algo que le gusta a Marta de Lima es que no hay climas extremos, en Santiago las veces que me ha tocado ir el frío es tan intenso que tengo que dormir con una estufa prendida, y en verano según me contó Marta se puede llegar a una temperatura mayor que en mi ciudad.
Sí me preguntan que es Chile para mi (Vladimir Rendón Acat), pues un país amigo donde hay una conciencia cívica, y progresista digna de imitar, y que quieran aceptar o no fue Pinochet quien hizo de Chile una nación ejemplar en Sudamérica, un lugar donde la propiedad privada es muy respetada por las autoridades, y con un presidente como Piñera que es un señor empresario, amante de su país, y es una tierra que me dio una mamá como Marta, quien nunca me negará una oración por mi salud y la de mi familia, y es sin duda una gran mujer que tiene la clase de mi madre Ana María.
Gracias Chile por haberme dado a una persona como Marta, y una familia como los Avellaira, y pido a Dios, a los hermanos de Marta, y sus sobrinos siempre velen por ella.
Un abrazo desde con todo mi corazón para Chile, una tierra de amistad.
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