Recuerdo hace algunos años en un seminario en el club el Bosque denominado: Que esperamos de los jóvenes? Las primeras palabras a manera chiste expresadas por el orador Rafael Paz, un ingeniero boliviano radicado en Perú, este dijo: “Esperamos que sean buenas personas”, y de allí empezó su exposición con un gráfico en el cual se veía Mafalda preguntado a Dios “en que pensaba cuando se le ocurrió crear el manicomio en forma de globo”, es obvio que ese globo era el planeta tierra, y de allí mi recordado y apreciado Rafael, enumeró los hechos violentos vistos en las noticias del momento, así como la forma en que destruíamos la capa de ozono, y demás realidades que en diferentes circunstancias no han cambiado, me parece que les debo estar hablando del verano del año 2007 o 2008.
Y bueno han pasado ya varios años y yo les pregunto hemos cambiado? En el mundo cada día nace un bebe que nos da una sonrisa y aliciente de vida, al minuto siguiente prendemos el televisor y vemos que policías han muerto en Jaén, un estudiante universitario es preso por actuar en defensa propia, y se llama a una gran jornada por la seguridad ciudadana que dura cinco minutos en la tv, y las redes sociales, hasta que por allí aparece una modelo conocida mostrando los senos en una paradisíaca playa del extranjero, y nos olvidamos de la violencia hasta nuevamente otra noticia de muerte nos indigna, luego aparece otro escándalo politiquero que nos da circo mediático para rato, y dejamos postergados los temas de estructura que pueden cambiar esta absurda realidad de homicidios, asaltos, y revueltas populares sin sentido contra una empresa minera que fomenta el trabajo.
Qué pasaría si nuestro Congreso dejará de ser un circo de coyuntura, y se vuelva aburrido dedicándose exclusivamente a temas como la educación, la salud, el fomento de la empresa privada, y los valores de sinceridad, y respeto (base de una sociedad justa), seguramente entonces dejaría de ser noticia, y yo no tendría razón de ser como periodista pues los lectores en gran parte (no todos) quieren leer de sexo, muertos, robos, corrupción, o cualquier desgracia humana que sea suficientemente escabrosa como para alimentar su morbo, y la chismosearía popular en una cantina, o en una reunión con un ron, o un fino licor etiqueta negra.
Seguramente si nos volvemos aburridos rompemos el circulo vicioso del ocioso, y algún día saldrá algún loquito en su cuarto de hora queriendo emular al “Carnicero de Oslo”,
puesto que su mente era tan, pero tan cuadriculada que se cansó de lo mismo, y quiso romper la rutina con arma de retrocarga que llamó a la muerte.
La verdad me confieso incapaz de entender la ser humano en un 100% somos seres tan fáciles de comprender como complejos vitamínicos, hace algunos años alguien inventó la tecnología criogénica para que nuestro cuerpo enfermo sea revivido y curado en un futuro que nadie conoce, y la empresa que da el servicio no vende la vida, solo vende la “idea de vida eterna”, hemos desafiado a Dios, y ahora nos clonamos, llegamos al espacio, y mientras tanto la señora que todos los días barre mi cuadra de madrugada no tiene mayor esperanza de conseguir un trabajo mejor, y cuidar el sueño de sus hijos por que no para mala suerte no pudo estudiar, postular a un mejor empleo y tener calidad de vida, y no podrá morir viendo como sus futuras generaciones acceden a una vida mejor.
Lamentablemente el negocio de la promesa eterna de vida, es más rentable, así como la venta de armas, y en el Perú siguen creciendo los hombres que disfrutan darles con palo a sus esposas luego de una borrachera, gastarse la plata del hogar, y luego terminan llorando cuando son denunciados y encerrados por maltrato familiar o lo que es peor terminan siendo la burla de los amigos del trabajo, del barrio, y el chisme de los primos por que la mujer cansada de tanto maltrato le puso los cuernos con una hombre que si la valoró y la saco del lugar donde mataban su alma, y autoestima a diario.
Al final para que queríamos la vida en una congeladora criogénica, y buscamos obsesivamente el desarrollo profesional si fuimos los mismos salvajes se siempre, habremos mejorado en circunstancias pero en el fondo este viaje nos tiene como destino el lugar la estupidez humana.
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