jueves, 12 de enero de 2012

Enamorados, esposos, padres y un solo proyecto de vida

Ellos dos me conocen desde la concepción me trajeron al mundo cuando yo a ellos ni los conocía, nunca me preguntaron si quería ser su hijo, tampoco ellos pidieron que yo lo sea, solo paso y ahora llevo 34 años de vida, casi 35, y ellos siguen siendo mis ángeles de la guarda, sin pedirlo, de hecho eso de ángeles de la guarda se dio recién desde 1995 cuando ingrese a la universidad, y cuando tengo un problema que me mata el alma ellos dos tienen la mágica solución a todo.

En verdad ellos dos no viven un tórrido romance, tampoco los he escuchado decirse “te amo”, y menos darse beso de amor pasional, o bailando una balada, pero si me consta que cuando él llega tarde, cansado, y abolido por su jornada de trabajo ella se preocupa por que tenga una buena comida caliente, hecha del momento, así como una ducha tibia, y ropa limpia para cambiarse.

Cuando ella se retrasa en llegar a casa él se pone cabezón pensando si algo le paso, y llama a más de medio de Lima para saber si esta a buen recaudo, y tiene una forma segura de volver a casa, o sino él la recoge así este en China, y sea de madrugada.

Ambos se conocieron en la universidad, él era su profesor y ella la alumna que soñaba graduarse con su mancha de mejores amigas, y dedicarle su título de abogada a mis abuelos Rosendo, y Luzmila, así como a mi tía Felicita y su esposo que vieron en ella a la hija que nunca pudieron tener, pero pasó algo que casi cambia la historia, él se la jalo, y por ello no hubo graduación con la mancha de amigas, y estuvo a punto de dejarlo todo, y olvidar su sueño de estudio jurídico propio, pero muy valiente ella a su estilo se recupero del trago amargo, y un año después obtuvo su titulo de licenciada en leyes con una tesis dedicada al profesor que se la había jalado, luego ambos sacaron adelante un estudio jurídico, al cual este profesor de manera egoísta solo le puso Rendón-Vásquez, cuando debió llamarse Rendón-Acat, y bueno la vida transcurrió, ambos se enamoraron, y fueron a vivir a una casa a medio construir, que ahora es la acogedora casa que en que vivo, y que ellos dos terminaron de levantar con un esfuerzo conjunto.

No se en que momento se miraran a los ojos y se dirán te quiero, pero una vez él me dijo llorando que le atormentaba la idea de quien la iba a cuidar, si a él le pasaba algo, y ella aunque no me lo diga vive con una admiración hacía él, puesto que pese a los embates de la vida y la edad (más de 75 años), nunca deja de pensar en que más hacer para que a su familia nunca le falte ni un pan, ni un tarro de leche, y todos servicios de la casa estén pagados puntualmente.

La preocupación de ambos por darles lo mejor sus hijos (Roberto y Vladimir) es su proyecto de vida, el cual nunca terminará, ambos abogados, y queridos por sobre todas las cosas por sus dotes de seres humano, y amigos leales a sus ideales, aunque también tengo que reconocer que a diario les reclamo mucho, y les sigo reclamando pues me cuesta perdonar el abandono al cual me dejaron en el colegio donde fui víctima constante de diversas bandas de pirañas, que hoy deben ser tan peligrosos como el Loco David, tal vez pasen mil años y les siga reclamando ese abandono, y entrega al bullying diario del cual fui víctima en la escuela primaria y secundaria.

Se que los amo, se que los adoro, y siempre serán el centro de mi vida, y un ejemplo profesionales con valores, con un gran ideal de justicia acompañado con una voluntad inquebrantable, pero aún este arquetipo de personas comete errores con los que más ama, no es que los culpe o me ponga en un plan de víctima constante, pero su bendita frase “tú crees que tienes todos derechos, pero ningún deber”, me retumba en mi cabeza a diario, y me hacen imperdonables mis propios errores, es difícil olvidar, y difícil querer así, pero es un reto que asumo a diario, créanme que los amo, que son mi ideal de vida, que su ejemplo de amor y devoción por la familia que fundaron serán mi gran inspiración para cuando me toque darles nietos, pero hay hechos marcados en mi cabeza con una zapato chino que difícilmente serán borrados.

Ustedes son socialistas, y amigos de muchos cubanos, para mi esa es la estupidez comunistoide más grande del mundo, me confieso un liberal de derecha, creyente en Dios, la empresa privada, además de una pasión por el periodismo que me hace vivir un romance diario frente a una web que alimento con todas las noticias habidas y por haber, y si no pongo más noticias, y me entrego más a mi quehacer de redactor es por que el día no tiene 25 horas.

Gracias por lo que me dieron, y no me dieron, gracias por lo que me darán y no me darán, gracias por llamarme Vladimir, gracias por los amigos que conocí por ustedes, gracias por educarme con valores, pero de ahora en adelante dejen que yo conquiste el mundo solo, y conviértanse solo en observadores de mi vida, si un día tengo un hijo les aseguró que llevará por nombre Roberto Eliseo, por ti papá y por tu estupendo primo Eliseo que me recibió y me dio una lección de vida en Metan, créeme mamá que si tengo una hija le pondré uno de tus nombres, y le llenare el cuarto de muñecas como tu siempre soñaste, y no las romperé como hice con tus muñecas en mis momentos de frustración que nunca supiste entender, disculpen solo soy un ser humano, es acaso eso tan difícil de entender.

No se cuando lean esto solo les quiero que los amo con todo mi corazón al igual que a mi hermano, y si alguna vez cometí un error fue por intentar se igual que ustedes, pero por favor recuerden por una vez que lo perfecto siempre será enemigo de los bueno.

Este es el relato de quienes son Roberto y Ana María o Ana María y Roberto o simplemente las dos personas de bien que dieron vida a la familia Rendón Acat, personas de buena madera, y buenos sentimientos, gracias papá y mamá, nunca me dejen.  

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