martes, 20 de noviembre de 2012

Matriz de fe y de paz interior


Matriz de fe y de paz interior
Reflexión en la casa de Dios

Por:  Ludoviko, del Diario el Callao 

Ser Ludoviko me ha traído así como grandes satisfacciones, momentos de profunda reflexión, también melancolía que luego tomaron la forma de alegría, al ingresar este diario “sub decano de la prensa nacional”, estrechar la mano de Claudio, quien lleva laborando aquí más de 12 años e intercambiar pensamientos sobre la vida y el quehacer humano con todas las personas que aquí laboran.

No puedo sacar de mi memoria las palabras de “chocolate” nuestro fotógrafo emblema,  en sus tertulias con Enrique (el editor general) de quien aprendí lo importante que son las musas para los escritores, de Pachas un chinchano y chalaco por adopción llegó a comprender que la noticia no está diarios o panfletos de un día de circulación, sino está en el bregar del día con una pluma que vaya acompañada de la historia del medio para el cual laboramos.

Aunque faltan pocos días para el inicio de diciembre, así como el sortilegio de invierno para los europeos y el adviento para los cristianos, el último fin de semana ingresé a la Iglesia Matriz, catedral chalaca puesto que con una oración deseaba pedir por mi y porque esta Navidad pueda cumplir mis compromisos personales con quienes han acompañado esta columna desde su creación.

El Adviento es el inicio para todo el mundo católico de la Navidad, donde se espera el nacer del niño Dios, para el cumplimiento y renovación anual de los sueños, los cuales creyentes o no deseamos alcanzar el año siguiente.

Muchos dicen que diciembre es un mes en el que solo se cuenta de manera regresiva hasta el 1 de enero, donde la jornada se torna de sol intenso para quienes estamos en América del Sur y en especial vivimos o trabajamos cerca al mar de Grau.

Si debo hablar de la Iglesia Matriz, debo de decir que aquí persignarse no es obligatorio, por el contrario es un acto voluntario por quien vendrá a dar esperanza al mundo en la Noche Buena del 24 de diciembre.
Al caminar por el rectángulo que conforma la capilla no solo veo a dos jóvenes orando, sino veo que tras cada cuadro hay una lección de vida y por mi lado hay una elección la de buscar un sueño que vaya de la mano con los valores dictados por todo cristiano, concepto que no solo engloba a los católicos, sino a todo aquel que vive con amor en su corazón para su prójimo.

Hay que decir que muchos no creyentes sea por diversos motivos también pisan la Iglesia Matriz, al igual que mucha gente de mal vivir o de diverso estrato social, ya sea por un bautizo o un matrimonio de un pariente lejano.


Siempre hay una “excusa justa a la medida de toda persona” para asistir a la casa de Dios, un Dios que si leemos la biblia también es castigador, pero a su vez amable con todo aquel que lealtad le muestra. Dicho sea de paso nadie ha visto a Dios, pero muchos lo hemos sentido, por nuestra fe.
Hago un punto aparte para decir que en más de una ocasión he defendido la lealtad, no a las personas, sino a la palabra empeñada, por ello acudo hasta la fuente de la Iglesia Matriz, trato de coger el agua bendita y limpiarme de los malos deseos o revanchismo absurdos y alistarme para una Navidad diferente, que en esta ocasión no será contentada con una sonrisa, sino por el contrario con una buena conversación, que puedo tener con cualquier persona, no importando su religión y que una historia o pasaje de su vida quiera compartir conmigo, para transmitirla en esta columna.

Al ver las imágenes de santos y cuadros de Jesús en las paredes de esta iglesia así como el lugar donde los curas dan la misa en horas en las no la hay, solo puedo pensar que la casa de Dios siempre está abierta y la casa de Dios no es solo una iglesia o un comedor parroquial, la casa de Dios es el lugar donde nos sentimos augustos para conversar con quien energía divina nos despierta del mal sueño que puede ser la vida, esta frase escrita sin llamar a la muerte, puesto que solo quiero pensar un momento en cuantas cosas puedo cambiar si me daría la oportunidad de hacerlo y darle un motivo más a las nuevas generaciones de chalacos para que mejoren lo que mi generación les dejó.

Usted es católico mi buen lector? No lo sé a ciencia cierta, puesto que en este puerto otras religiones se vienen afincando en sus propios conos, pero igual todos celebran Navidad de una manera u otra, o por lo menos estoy seguro la desea a quien se cruce en su caminar por los días de diciembre.

Si deseo terminar de escribir este relato? La respuesta es no, me llama el teclado como un regalo llama a un niño, pero en la prensa así como en la vida todos son ciclos que se terminan y vuelven, pero ahora el espacio no da para más y las fotos tienen un sitio preferencial en esta página que desea enviarle una invitación a recorrer el arte y la paz que la Iglesia Matriz, tiene para los chalacos y cholacos que vivimos con fe y razonamiento, en un lugar llamado Callao.

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