Matriz de fe y de paz interior
Reflexión en la casa de Dios
Por: Ludoviko, del Diario el Callao
Ser Ludoviko me ha traído así como grandes satisfacciones,
momentos de profunda reflexión, también melancolía que luego tomaron la forma
de alegría, al ingresar este diario “sub decano de la prensa nacional”,
estrechar la mano de Claudio, quien lleva laborando aquí más de 12 años e
intercambiar pensamientos sobre la vida y el quehacer humano con todas las
personas que aquí laboran.
No puedo sacar de mi memoria las palabras de “chocolate”
nuestro fotógrafo emblema, en sus
tertulias con Enrique (el editor general) de quien aprendí lo importante que
son las musas para los escritores, de Pachas un chinchano y chalaco por
adopción llegó a comprender que la noticia no está diarios o panfletos de un
día de circulación, sino está en el bregar del día con una pluma que vaya
acompañada de la historia del medio para el cual laboramos.
Aunque faltan pocos días para el inicio de diciembre, así
como el sortilegio de invierno para los europeos y el adviento para los
cristianos, el último fin de semana ingresé a la Iglesia Matriz, catedral
chalaca puesto que con una oración deseaba pedir por mi y porque esta Navidad
pueda cumplir mis compromisos personales con quienes han acompañado esta
columna desde su creación.
El Adviento es el inicio para todo el mundo católico de la
Navidad, donde se espera el nacer del niño Dios, para el cumplimiento y
renovación anual de los sueños, los cuales creyentes o no deseamos alcanzar el
año siguiente.
Muchos dicen que diciembre es un mes en el que solo se
cuenta de manera regresiva hasta el 1 de enero, donde la jornada se torna de
sol intenso para quienes estamos en América del Sur y en especial vivimos o
trabajamos cerca al mar de Grau.
Si debo hablar de la Iglesia Matriz, debo de decir que aquí
persignarse no es obligatorio, por el contrario es un acto voluntario por quien
vendrá a dar esperanza al mundo en la Noche Buena del 24 de diciembre.
Al caminar por el rectángulo que conforma la capilla no solo
veo a dos jóvenes orando, sino veo que tras cada cuadro hay una lección de vida
y por mi lado hay una elección la de buscar un sueño que vaya de la mano con
los valores dictados por todo cristiano, concepto que no solo engloba a los
católicos, sino a todo aquel que vive con amor en su corazón para su prójimo.
Hay que decir que muchos no creyentes sea por diversos
motivos también pisan la Iglesia Matriz, al igual que mucha gente de mal vivir
o de diverso estrato social, ya sea por un bautizo o un matrimonio de un
pariente lejano.
Siempre hay una “excusa justa a la medida de toda persona”
para asistir a la casa de Dios, un Dios que si leemos la biblia también es
castigador, pero a su vez amable con todo aquel que lealtad le muestra. Dicho
sea de paso nadie ha visto a Dios, pero muchos lo hemos sentido, por nuestra fe.
Hago un punto aparte para decir que en más de una ocasión he
defendido la lealtad, no a las personas, sino a la palabra empeñada, por ello
acudo hasta la fuente de la Iglesia Matriz, trato de coger el agua bendita y
limpiarme de los malos deseos o revanchismo absurdos y alistarme para una
Navidad diferente, que en esta ocasión no será contentada con una sonrisa, sino
por el contrario con una buena conversación, que puedo tener con cualquier
persona, no importando su religión y que una historia o pasaje de su vida
quiera compartir conmigo, para transmitirla en esta columna.
Al ver las imágenes de santos y cuadros de Jesús en las
paredes de esta iglesia así como el lugar donde los curas dan la misa en horas
en las no la hay, solo puedo pensar que la casa de Dios siempre está abierta y
la casa de Dios no es solo una iglesia o un comedor parroquial, la casa de Dios
es el lugar donde nos sentimos augustos para conversar con quien energía divina
nos despierta del mal sueño que puede ser la vida, esta frase escrita sin
llamar a la muerte, puesto que solo quiero pensar un momento en cuantas cosas
puedo cambiar si me daría la oportunidad de hacerlo y darle un motivo más a las
nuevas generaciones de chalacos para que mejoren lo que mi generación les dejó.
Usted es católico mi buen lector? No lo sé a ciencia cierta,
puesto que en este puerto otras religiones se vienen afincando en sus propios
conos, pero igual todos celebran Navidad de una manera u otra, o por lo menos
estoy seguro la desea a quien se cruce en su caminar por los días de diciembre.
Si deseo terminar de escribir este relato? La respuesta es
no, me llama el teclado como un regalo llama a un niño, pero en la prensa así
como en la vida todos son ciclos que se terminan y vuelven, pero ahora el
espacio no da para más y las fotos tienen un sitio preferencial en esta página
que desea enviarle una invitación a recorrer el arte y la paz que la Iglesia
Matriz, tiene para los chalacos y cholacos que vivimos con fe y razonamiento,
en un lugar llamado Callao.
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