Hoy quiero
dedicar este post a dos personas que no se conocen, pero que han sido muy
importantes para mi en los últimos tres meses o quizás mucho más. Ambos repito:
no se conocen, uno vive en Nazca (provincia de Ica a ocho horas de mi ciudad),
la otra es una señora que con su tesón doblego al león llamado vida cotidiana.
Me refiero a Ana María Sihuay y Clemente Morón, dos personas de izquierda
peruana democrática y pasional para defender sus principios que en fondo no son
diferentes a mis valores inculcados de infancia, pero en forma discrepamos con
cierta vehemencia y fuerza vital por la dignidad del ser humano.
No quiero
parecer fuera de lugar en un día donde la agenda la marca el deporte por el
encuentro entre Perú y Chile, pero si quiero contextualizar un hecho que marco
el diario de ayer con la tan mentada “revocatoria de Susana Villarán”. Con ello
se marco un precedente en la ante sala de la Semana Santa del año en curso
(2013), para decirle a quienes creen que el Perú es un país conflictivo, que no
lo es, porque hemos aprendido a sobre llevar los problemas con el Estado de
Derecho de la mano, como lo indica la ley del hombre que no es perfecta, pero
que en el tiempo tiene que ser mejorada con la experiencia aprendida, después
de todo sino sabemos reconocer los errores, sino sabemos escuchar y hacemos de
la vista una herramienta sin sensibilidad estamos condenados a volver a estos
cauces que nadie hubiera querido pasar.
Si es
cierto hubieron muertos, heridos, revocados, impacientes y hasta ganadores con
la “revocatoria”, por que ese día mucho negocio legal y no tipificado (de
informales) en los códigos se hizo “alrededor de”, desde los taxis que cobraron
doble, hasta el vendedor de choripan, helados y buscador de mesas de sufragio
con diario en mano, pero lo que no se perdió fue la fe de un país que reclama
soluciones y triunfos palpables en un lugar donde el medio ambiente lo cuidamos
todos, desde el saludo por la mañana entre padres e hijos hasta con la
conversación nocturna con quienes compartimos el café con leche o la Inca Cola
(en mi caso).
Hoy viernes
22 de marzo del 2013 quiero que el medio ambiente nacional se vista de colores
rojo y blanco, cantemos todos el himno nacional y hagamos sentir a Chile que
somos locales jugando como héroes un partido donde lo que está en la cancha es
la sonrisa de todos los peruanos (con el perdón de Marta mi mamá chilena), pero
ojo está en juego la alegría nacional, más no el honor nacional, el honor se
juega todos los días, mañanas, tardes, noches y madrugadas dando lo mejor por
un país necesitado de buenos ciudadanos y residentes extranjeros que aquí los
acogimos para hacer de esta nación el emblema sudamericano y mundial que nunca
dejará de volar tan alto como el cóndor y hacer sentir su pulmón tan fuerte
como para nadar por un ideal y no ahogarse en la orilla por la defensa de un
país llamado Perú, al estilo José Olaya, quien dio su vida por este país, que
hoy reclama goles y decirle al mundo que estamos vivos y goleando rumbo al
Mundial de Brasil 2014 para bailar huaino, tomar pisco sour y comer lomo
saltado en el mítico Maracana donde deseo ver los goles de todo buen peruano
que levante la cabeza y diga: Arriba el Perú Carajo!
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