Escribo el
siguiente relato tomando como ejes principales los relatos de mi padre Roberto
Rendón Vásquez, mi madre Ana María Acat Koch y mi propia vivencia personal al
cubrir el antes y el después de los hasta hoy terribles titulares que suscitó
La Parara luego de una incursión policial sangrienta, donde hasta hoy no hay un
solo responsable señalado por la Fiscalía y el Poder Judicial.
Don Roberto
Rendón Vásquez vivió en la urbanización El Porvenir, en un pequeño departamento
junto a su familia llegada de Arequipa allí compartía su cuarto con su hermano Edmundo, él según sus relatos fue testigo fiel de que el lugar ocupado
por cemento, fierro y paredes pintarrajeadas fue en su momento un sitio lleno
de algodoneras que daban trabajo a más de 100 personas diarias que
intercambiaban sus horas de labor por un sueldo jornal, en aquella época las
tierras pertenecían a la familia Canepa y su patriarca llevaba por nombre José,
si mal no recuerdo.
Entonces el
joven Roberto, era un estudiante que se iniciaba en la carrera de Derecho,
inspirado por las aventuras de su hermano Jorge, quien vivió y contrajo nupcias
en Argentina, cuando en Perú ostentaba la presidencia un general que pasó a la
historia por la construcción de las grandes unidades escolares me refiero al
nacido en Tarma, Manuel Odria, quien puso gran infraestructura para la época,
pero le faltó ahondar en el cultivo del alma y la conciencia de la población,
entonces Lima no era ni la mitad de lo que es hoy, pero ya se empezaba a sentir
la necesidad de un mercado mayorista que abasteciera al resto de la ciudad
capital.
Fue así
como el señor Canepa donó el terreno donde emergió La Parada, allí podrían
laborar sus trabajadores luego de la muerte del hacendado alimentar a sus
familias y sus nuevas generaciones tomarían la posta siempre supervisados por
la autoridad correspondiente la Municipalidad Metropolitana de Lima, a través
de la Empresa Municipal de Mercados conocida con las siglas de Emmsa, debido a
que esta una sociedad anónima reconocida en Registros Públicos y de propiedad
del municipio capitalino, es decir una “entidad privada” cuyo dueño es el Estado a través del ente
municipal, valga la redundancia.
Puedo
deducir y dar fe según varios relatos y documentos que deben de constar en el
Archivo General de la Nación que la última voluntad del señor Canepa, fue que
el terreno que le perteneció por herencia fuera destinado a un mercado de
abastos para la emergente ciudad, donde pudieran laborar sus trabajadores y
asegurar un pan para su hogar, administrado por la Municipalidad de Lima, por
ello se creo Emmsa.
Con el
pasar de los años la ciudad creció por la inmigración de diversos lugares del
interior del país, además por una emergente clase media donde los que daban la
hora eran descendientes de chinos así como de otros países y etnias, por ello
al frente de La Parada se hicieron varios negocios de comida rápida peruana
como la chanfainita, el cau cau, el lomo saltado, el arroz chaufa y el
infaltable caldo de gallina, así pues se vio que un lugar cercano tan solo
cruzando la cuadra los comerciantes se abastecían de ropa vendida por árabes y
algunas familias de origen judío así nació un nuevo emporio que hoy jala la
economía del país: Gamarra.
Es mi madre
doña Ana María, quien de niña caminaba con su padre, mi abuelo Rosendo, por las
largas calles que envolvían La Parada, debido a que el señor Rosendo como lo
conocían varios mayoristas de frutas y verduras manejaba un camión de Huaral a
Lima trayendo en su mayoría mandarinas y naranjas de la Hacienda Huando,
entonces mi mamá quien hoy camina por esas mismas calles haciendo su mercado y
visitando las tiendas que guardan alguna novedad de su interés conoció la
historia viva del país y la lucha de la subsistencia diaria donde solo vale
vender un producto o servicio para que nada le falté a las familias de los
comerciantes, de aquellos pasos esta señora conoció el sentir humano y la sazón
de la comida instantánea de sabor peruano con manos chinas y como iba a ser de
otra manera si ella era sobrina de todos los cantoneses que allí se instalaron.
La Parada,
es sin duda un lugar donde se tejieron historias sudor, amanecidas, también de
crónicas policiales y hasta de amor por que muchos de los que allí trabajan
tienen hijos, nietos y bisnietos se enamoraron siendo estibadores,
comerciantes, cocineras, pela papas, chóferes de camión y hasta vigilantes de
diversos negocios ellos me consta por que he visto los papeles tienen RUC,
pagan impuestos, arbitrios y demás exigencias de ley en un lugar administrado
por la Empresa Municipal de Mercados Sociedad Anónima (Emmsa), pero que nada
les ha dado a pesar de los pagos hechos y es que siendo sinceros por lo visto
durante mis caminatas y recolección de información en La Parada, Emmsa ha sido
un escollo para la modernización de La Parada impidiendo que los comerciantes
sean propietarios de sus puestos y puedan ellos construir un mercado moderno
con áreas de embarque y desembarque de mercadería las 24 horas con un sistema
de pagos que en el tiempo con la adecuada capacitación hubiera hecho de La
Parada un lugar distinto al que es hoy en día, donde los comerciantes han
vuelto a laborar una vez pasado el escándalo de finales del 2012.
En una
ciudad tan creciente como adsorbente, donde mercados hay en lugares antes
impensados como Monterrico donde la cadena el Edén ya va por su tercera sede en
menos de cinco cuadras, sin contar el que está en la avenida Encalada a 4
cuadras de la embajada de Estados Unidos, una empresa como Emmsa resulta
obsoleta y sin ningún justificante más que la administración del Mercado
Mayorista de Santa Anita, donde si vemos bien lo que está alrededor de los
puestos de ventas son lugares hechos y pensados en el comercio minorista y
donde el equipamiento solo llega al 80%, es decir si se habrían trasladado
todos los comerciantes de La Parada un 20% se quedaría en el aire por falta de
infraestructura, es más al frente de dicho mercado está el Mercado de
Productores, causando mayor congestión vehicular en la avenida donde están
estos gigantes, por ello si vemos la pista que divide a ambas entidades está no
fue diseñada para el tránsito que se observa hoy en día.
El problema
de La Parada por lo que he visto y constatado no son los comerciantes, sino por
el contrario es que las autoridades ediles varias desde muchos años atrás no
han tenido la visión de cancelar Emmsa como empresa, puesto que a mi me queda
claro que es una empresa que traba la modernización de un lugar destinado para
un mercado según la última voluntad de quien fuera el patriarca de los Canepa,
quien quiso darle a sus trabajadores y descendientes un lugar donde pudiesen
trabajar y sus familiar nunca dejar de comer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario