sábado, 16 de marzo de 2013

Aunque pasen los años La Parada “es inacción y falta de visión”


Escribo el siguiente relato tomando como ejes principales los relatos de mi padre Roberto Rendón Vásquez, mi madre Ana María Acat Koch y mi propia vivencia personal al cubrir el antes y el después de los hasta hoy terribles titulares que suscitó La Parara luego de una incursión policial sangrienta, donde hasta hoy no hay un solo responsable señalado por la Fiscalía y el Poder Judicial.

Don Roberto Rendón Vásquez vivió en la urbanización El Porvenir, en un pequeño departamento junto a su familia llegada de Arequipa allí compartía su cuarto con su hermano Edmundo, él según sus relatos fue testigo fiel de que el lugar ocupado por cemento, fierro y paredes pintarrajeadas fue en su momento un sitio lleno de algodoneras que daban trabajo a más de 100 personas diarias que intercambiaban sus horas de labor por un sueldo jornal, en aquella época las tierras pertenecían a la familia Canepa y su patriarca llevaba por nombre José, si mal no recuerdo.

Entonces el joven Roberto, era un estudiante que se iniciaba en la carrera de Derecho, inspirado por las aventuras de su hermano Jorge, quien vivió y contrajo nupcias en Argentina, cuando en Perú ostentaba la presidencia un general que pasó a la historia por la construcción de las grandes unidades escolares me refiero al nacido en Tarma, Manuel Odria, quien puso gran infraestructura para la época, pero le faltó ahondar en el cultivo del alma y la conciencia de la población, entonces Lima no era ni la mitad de lo que es hoy, pero ya se empezaba a sentir la necesidad de un mercado mayorista que abasteciera al resto de la ciudad capital.

Fue así como el señor Canepa donó el terreno donde emergió La Parada, allí podrían laborar sus trabajadores luego de la muerte del hacendado alimentar a sus familias y sus nuevas generaciones tomarían la posta siempre supervisados por la autoridad correspondiente la Municipalidad Metropolitana de Lima, a través de la Empresa Municipal de Mercados conocida con las siglas de Emmsa, debido a que esta una sociedad anónima reconocida en Registros Públicos y de propiedad del municipio capitalino, es decir una “entidad privada”  cuyo dueño es el Estado a través del ente municipal, valga la redundancia.

Puedo deducir y dar fe según varios relatos y documentos que deben de constar en el Archivo General de la Nación que la última voluntad del señor Canepa, fue que el terreno que le perteneció por herencia fuera destinado a un mercado de abastos para la emergente ciudad, donde pudieran laborar sus trabajadores y asegurar un pan para su hogar, administrado por la Municipalidad de Lima, por ello se creo Emmsa.

Con el pasar de los años la ciudad creció por la inmigración de diversos lugares del interior del país, además por una emergente clase media donde los que daban la hora eran descendientes de chinos así como de otros países y etnias, por ello al frente de La Parada se hicieron varios negocios de comida rápida peruana como la chanfainita, el cau cau, el lomo saltado, el arroz chaufa y el infaltable caldo de gallina, así pues se vio que un lugar cercano tan solo cruzando la cuadra los comerciantes se abastecían de ropa vendida por árabes y algunas familias de origen judío así nació un nuevo emporio que hoy jala la economía del país: Gamarra.

Es mi madre doña Ana María, quien de niña caminaba con su padre, mi abuelo Rosendo, por las largas calles que envolvían La Parada, debido a que el señor Rosendo como lo conocían varios mayoristas de frutas y verduras manejaba un camión de Huaral a Lima trayendo en su mayoría mandarinas y naranjas de la Hacienda Huando, entonces mi mamá quien hoy camina por esas mismas calles haciendo su mercado y visitando las tiendas que guardan alguna novedad de su interés conoció la historia viva del país y la lucha de la subsistencia diaria donde solo vale vender un producto o servicio para que nada le falté a las familias de los comerciantes, de aquellos pasos esta señora conoció el sentir humano y la sazón de la comida instantánea de sabor peruano con manos chinas y como iba a ser de otra manera si ella era sobrina de todos los cantoneses que allí se instalaron.

La Parada, es sin duda un lugar donde se tejieron historias sudor, amanecidas, también de crónicas policiales y hasta de amor por que muchos de los que allí trabajan tienen hijos, nietos y bisnietos se enamoraron siendo estibadores, comerciantes, cocineras, pela papas, chóferes de camión y hasta vigilantes de diversos negocios ellos me consta por que he visto los papeles tienen RUC, pagan impuestos, arbitrios y demás exigencias de ley en un lugar administrado por la Empresa Municipal de Mercados Sociedad Anónima (Emmsa), pero que nada les ha dado a pesar de los pagos hechos y es que siendo sinceros por lo visto durante mis caminatas y recolección de información en La Parada, Emmsa ha sido un escollo para la modernización de La Parada impidiendo que los comerciantes sean propietarios de sus puestos y puedan ellos construir un mercado moderno con áreas de embarque y desembarque de mercadería las 24 horas con un sistema de pagos que en el tiempo con la adecuada capacitación hubiera hecho de La Parada un lugar distinto al que es hoy en día, donde los comerciantes han vuelto a laborar una vez pasado el escándalo de finales del 2012.

En una ciudad tan creciente como adsorbente, donde mercados hay en lugares antes impensados como Monterrico donde la cadena el Edén ya va por su tercera sede en menos de cinco cuadras, sin contar el que está en la avenida Encalada a 4 cuadras de la embajada de Estados Unidos, una empresa como Emmsa resulta obsoleta y sin ningún justificante más que la administración del Mercado Mayorista de Santa Anita, donde si vemos bien lo que está alrededor de los puestos de ventas son lugares hechos y pensados en el comercio minorista y donde el equipamiento solo llega al 80%, es decir si se habrían trasladado todos los comerciantes de La Parada un 20% se quedaría en el aire por falta de infraestructura, es más al frente de dicho mercado está el Mercado de Productores, causando mayor congestión vehicular en la avenida donde están estos gigantes, por ello si vemos la pista que divide a ambas entidades está no fue diseñada para el tránsito que se observa hoy en día.

El problema de La Parada por lo que he visto y constatado no son los comerciantes, sino por el contrario es que las autoridades ediles varias desde muchos años atrás no han tenido la visión de cancelar Emmsa como empresa, puesto que a mi me queda claro que es una empresa que traba la modernización de un lugar destinado para un mercado según la última voluntad de quien fuera el patriarca de los Canepa, quien quiso darle a sus trabajadores y descendientes un lugar donde pudiesen trabajar y sus familiar nunca dejar de comer.


No hay comentarios:

Publicar un comentario