Tres siglos
y muchas generaciones descansando en paz
Por:
Ludoviko (seudónimo de Vladimir en el Diario EL Callao)
Publicados el 29/10/2012 Diario El Callao
Es el único
lugar al cual todos o casi todos vamos a llegar a menos que seamos incinerados
o dados a una facultad de medicina si en la morgue no nos reconocen, me refiero
a los cementerios esos a los cuales uno no quiere ir de noche y solo va cuando
la luz del día alumbra las tumbas de quienes fueron algunas personas
significativas en nuestras vidas, por ello y con ocasión de estar a puertas del
primero de noviembre Día de Todos los Muertos, ingreso a un lugar conocido por
todos y acogedor para cuerpos sin latidos: el Cementerio Baquijano.
Este lugar
emblemático del Callao, ubicado en la cuadra 22 de la ex avenida Colonial y
ahora llamada Benavides, fue hechura de quien aquí con sus familiares descansa
en paz: Manuel Cipriano Dulanto, quien fuera alcalde del Callao, y primer
presidente de la beneficencia de nuestra provincia o mejor dicho hoy en día
región Constitucional.
Aquí hay
tantas historias de enigmático misterio, como de lágrimas de vida. Hace poco un
joven no muy ejemplar de apelativo Memín, fue despedido en medio de una
ceremonia fúnebre que para algunos fue tranquilizadora, puesto que ya no habrá
un chico sin rumbo andando y acechando por las calles, pero para otros fue tan
triste el entierro como el primero que vio el Baquijano en 1862 cuando abrió
sus puertas para toda la comunidad del Callao y también de los distritos
limítrofes de la urbe limeña.
Un mausoleo
con historias de milagros:
Si bien es
cierto Sarita Colonia, nació el 1 de marzo en Huaraz, falleció en el Callao,
provincia a la cual llegó por diversos hechos familiares. Su vida y milagros
han sido llevados a la literatura y hasta la televisión, en una miniserie
transmitida tanto en Perú como el extranjero.
Los restos
de Sarita, descansan en un mausoleo constantemente renovado y decorado por
cuanto devoto tiene esta santa no reconocida por la Iglesia Católica, pero
hechos y no buenas razones llevan a esta señorita, fallecida en 1940, a ser “la primera
patrona” de los estibadores, prostitutas y hasta homosexuales que colmaban su
tumba para pedir salud y protección.
Aunque en
este segundo decenio del siglo XXI el culto a Sarita Colonia tiene un grupo de
personas voluntarias y en su mayoría de la tercera edad que velan por sus
restos, tanto como lo pudiese hacer un hijo si lo hubiera concebido.
Es que
Sarita en vida fue de todo. Desde niñera, hasta enfermera para su padre y
también vendedora de ropa y fruta, pero es ella el símbolo de un pueblo
migrante que llegó a la gran ciudad en busca de las oportunidades que en los
pueblos del interior no encontraba y aunque no sea una “santa” reconocida por
el Vaticano, Sarita Colonia es una “dama de honor” dentro del Cementerio
Baquijano.
Los “cuatro
vigilantes”
Si en el
fútbol “identificábamos” a cuatros peloteros, como los 4 Fantásticos, en el
Baquijano hay 4 Vigilantes y no son pagados por la beneficencia, sino cuidados
y amados por las personas que fungen de guardianes, jardineros y también los
administradores. Me refiero a un perro de raza chusca o para decirlo en buen
cristiano a una “perrita” bautizada como Tula que llegó luego del sepelio de su
amo hace cinco años y hoy hace junto con tres mascotas más la ronda nocturna.
No se deje
impresionar por los mitos de fantasmas si Tula lo acompaña en su recorrido,
pues ella cuida de todos, hasta de los enterrados en el pabellón de niños a
quienes con un ladrido acompaña, tras el llanto de quienes en vida no llegaron
a los 6 años, pero hemos dicho que son cuatro y solo hemos hablado de uno los
otros son gatos, uno color caramelo que se mezcla entre las plantas a nuestro
paso por los más de 70 pabellones y otros dos que descansan en un tibio
sepulcro del siglo pasado.
Aquí han
pasado chamanes, brujas, cazadores de fantasmas y hasta escépticos que dicen no
creer en lo paranormal, pero se ponen pálidos y fríos al ver un gato pasar
cuando el cementerio de la cuadra 22 de la ex Colonial esta por cerrar. No es
broma lo que le digo si un familiar tiene enterrado y no sabe como ubicarlo
estos cuatro vigilantes lo guiaran a cambio de leche y un buen hueso de pollo
para que Tula deguste.
Historia
real de miedo y no de terror
Para
entender esta parte del artículo tome la palabra miedo en uno de sus
significados de la Real Academia de la Lengua Española (RAE): Recelo o
aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea y tomé el “terror” como un método expeditivo de
búsqueda de justicia, por cierto no comparto este último concepto, pero es
necesario para que entienda las siguientes líneas.
En los
alrededores y en la puerta de este cementerio se han hablado de muchas
historias de fantasmas y de brujería, pero lo que paso a contar ocurrió según
dicen al amigo de otro amigo vecino de la Perla Baja, donde se ubica el
Baquijano. Uno de ellos era un galán de barrio que buscaba chicas bellas los
fines de semana, una de estas fue Carmen a quien acompañó, en una noche de
lluvia, desde la ex fabrica de Pilsen hasta una casa de clase media acomodada
alrededor de un parque al frente del estadio Miguel Grau (cercano al
Baquijano), este don Juan prestó la casaca a la muchacha quedando en regresar
por ella al día siguiente de un agosto frío del 2002.
Grande fue
la sorpresa cuando el joven llegó en horas de la tarde a la casa y una señora
algo molesta le dijo “joven en esta casa la única Carmen es mi nieta de seis
años, no quiera que llame a la Policía”, ante la insistencia el “don Juan”
divisó en la sala un retrato con la foto de Carmen, entonces la respuesta fue:
“esta fue mi hija, modelo en vida y hasta ahora no se sabe como murió, solo se
que laboraba como modelo y en ese trabajo tras una tormentosa relación tuvo a
mi nieta, quien tiene el mismo nombre”.
Pasmados de
miedo tanto la madre como el joven fueron a la tumba y encontraron colgada en
una cruz la casaca del “galán”, quien solo quería una nueva chica en su lista
de contactos.
Hablar del
cementerio Baquijano, es hablar de leyendas urbanas algunas de las cuales se
han salido de lo real para pasar al campo del misticismo, pero sin duda este
sitio guarda una energía que mueve a quienes allí laboran desde vendedores de
flores, hasta el administrador, junto a los jardineros y por que no también a
las almas que solo esperan una visita para seguir descansando en paz.
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