domingo, 16 de septiembre de 2012

A mirar pa adelante que pa atrás ya dolió bastante: una historia de derecha


Bueno luego de poco más de una semana vuelvo al terreno del blog y con tanta emoción como cansancio por el inicio en un nuevo centro de labores donde estoy poniendo en reto mi capacidad de tolerancia. Es que soy redactor, periodista, amante de la libertad y así como se es creyente en Dios, se es creyente en la libertad de pensamiento lo que lleva consigo el respeto a quienes piensan diferente y no deben ser tomados como seres que te agreden, puesto que dentro de la legalidad y las normas de la moral ellos solo discrepan, un elemento básico en toda sociedad que se respete como tal.

Esto sin duda me lleva a otra reflexión sobre qué es una sociedad que se respete como tal, y qué es una sociedad que discrepe sin agresiones la respuesta casi lógica sería una sociedad tolerante, que va de acuerdo a las nuevas tecnologías y teorías sobre la evolución es decir una sociedad civilizada, por donde se le vea, pero en mi país ser tolerante es muchas veces visto como cojudo a la vela que acepta toda idea revolucionaria que llama a una subversión destructiva de lo que hoy llamamos Estado de Derecho y lamentablemente hay que decirlo para respetar el Estado de Derecho, hay que tener un elemento de justicia, que no es social, sino de ejecución de leyes ejemplares y de rehabilitación del ser humano en su conjunto, reinsertándolos a la primera institución que los necesita como seres humanos: la familia.

Por ejemplo hoy el Perú es un territorio en guerra, que en un futuro será o podría ser un campo de batalla sin cuartel contra el terrorismo delincuencial que tanto daño nos hizo en los 80 y 90, pero lo que tenemos que reconocer hoy (17/09/2012) es que la guerra es contra el vandalismo y el crimen organizado que es solo consecuencia de la falta de oportunidades de trabajo, desigualdad en los niveles de educación, así como del racismo y clasismo reinante en todo nuestro territorio y este comentario va para todas las partes en conflicto por que los llamados cholos son racistas con los llamados pituquitos y los pituquitos no solo son racistas, sino que con alegría y alevosía se sienten orgullosos de llamar a otro cholo de mierda, pero siempre hay que recordar que uno trata como quiere ser tratado.

Me pregunto como se sentirán los llamados pituquitos o hijitos de la crema y nata de la Lima empresarial cuando van a España y los llaman Sudacas, que traducido quiere decir suda caca, o como se sentirán los peruanos cuando leen el Pez en el Agua de Mario Vargas Llosa y tira toda su bilis por haber perdido la elección de 1990 con Alberto Fujimori, o que pensarían de la lealtad del inmaculado hijo de Mario Vargas Llosa, Álvaro (que vive en Estados Unidos) y en su libro El Diablo en Campaña habla de sacar del Fredemo a pepecistas y acción populistas por que le harían perder la elección a su padre, esos los señores de la moral que nos quisieron enseñar buenos modales en los comicios del 2011? Conchudos son en realidad los Vargas Llosa.

Bueno allá los que creyeron que el buen Alvarito invertiría su dinero en Perú, que yo sepa hasta ahora no lo hace y vive como rey en Estados Unidos, hasta que se le ocurra venir de visita en las próximas elecciones, no se, pero como peruano libre de opinar creo que jamás los Vargas Llosa dejarán de lado su odio hacía cualquier persona que se apellide Fujimori, por haber perdido por un buen porcentaje las elecciones de 1990 y bueno la historia del Perú esta plagada de odios, por eso nacen terroristas seguidores de un autentico genocida como Abimael Guzmán, que yo sepa no solo un criminal, sino un ser descarnado que solo vive enfermo y frustrado por que como profesional, solo llegó a plagiar tres formas de pensar (maoismo, leninismo y marxismo) bautizándolo como pensamiento Gonzalo y hoy los faltos de lectura del Movadef creen que inventó la pólvora, cuando la pólvora se usó para matar a diestra y siniestra a quienes pensaban diferente a este tipejo, que nunca debe salir, ni volver a ser visto, haríamos bien los peruanos si cuando se muere tiramos su cuerpo en el mar caribe para que sea devorado por tiburones, aunque tal vez sea mucha maldad dar de comer tanta basura a los tiburones, pero en fin el mundo es mundo y no lo puedo cambiar.

Yo me defino como un liberal de derecha responsable y solidaria, aquella que me enseñó mi buen amigo Santiago o mejor conocido como Chapita, soy liberal responsable, solidario y estoy en contra del asistencialismo que reparte pobreza en migajas tal como hacen los cubanos e hicieron los bolcheviques en la ex Unión Soviética, si Anastasia de verdad hubiera sobrevivido habría contado la verdad de lo que fue Vladimir Lenin y su horda asesina. Mao fue muy parecido y Pol Pot mucho peor, sino fuera por Deng Xiaping, pensaría que todos los comunistas son iguales de maldecidos para repartir pobreza, y aunque yo pertenecí a una institución asistencialista por 13 años hoy me arrepiento de girar una rueda de mentira y de mercaderes del hambre.

No puedo creer como viví tan ciego para maldecir a mi país a un asistencialismo que trajo ociosidad, conformismo, pobreza, mentira y degradación del ser humano en todo nivel, es una de las cosas de las cuales difícilmente podré perdonarme como peruano, pero bueno la vida sigue y me da nuevas oportunidades de vida.

Tengo un futuro por delante y un pasado que seguirá doliendo en la medida que lo recuerde, por ello hoy solo quiero levantar la cabeza encomendarme a Dios y agradecer a todo aquel que me dio una nueva oportunidad de vida desde mis nuevos amigos de La Primera (con los cuales pongo a prueba mi tolerancia y capacidad de discrepancia), pasando por el doctor Ramírez Lituma, que mi mejor consejero de ha vuelto, además siempre está mi familia toda desde mis padres hasta mis primos y por supuesto mi amada Mei-Ling, pero no puedo dejar de mencionar subrayando a Giancarlo, Mabel, Susy, Jaime, Camatex, Rocio, Derrick, C Espinoza, NS, César (mi conciencia), Ana María Sihuay y muchos otros que me aman por quien soy, y aunque también los amo me duele mucho como mis tíos Carlos y Lucy me bajan la moral recordándome quien no quiero volver a ser.

Bueno hoy es un día de reconciliación de amor hacía a mi, para mi y de mirar al cielo pidiendo a Dios la paz necesaria para hacer la mejor nota periodística del día, puesto que después de todo periodista soy por vocación, convicción, pasión y también por acción.

Que tengan buen soñadores de la justicia.


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