lunes, 26 de marzo de 2012

Los Rendón: “Ejemplo de amor familiar”

Bueno esta noche debía un post, no me olvidado de darle al Guardián más razones para existir, y defender los valores que tanto inculcaron sus padres, ahora mi corazón, mi mente, y mis manos entraran en una armonía que dará como resultado el artículo más breve de este blog.

Esta noche debo de recordar a una señora que me presentaron allá por 1983 de nombre Jacinta Rendón Zuñiga, hermana de mi abuelo Roberto Rendón Zuñiga, y que de seguro es la persona que más recuerda a quien fuera un militar, policía, y padre de ensueño. De quien tengo que decir con mucho pesar no supe cuidar, y valorar cuando lo tuve a mi lado, pero él nunca dejó de preocuparse por mí.

Dice la historia contada por la tía Jacinta, que el hijo mayor de don Roberto, Jorge se refería de muy niño a su tía como “Jacinta”, hasta que aquel policía puso el punto sobre “í”, aclarando que era su hermana menor, y por ello le debía el respeto de un adulto.

Desde entonces se tendría que referir a la joven profesora nacida en Viraco como debía ser: “Tia Jacinta”.

Que puedo decir de mi tía Jacinta, o que no puedo dejar de decir? Es la única mujer a cual mi papá le ha prestado su auto, es la única mujer que puede poner en vereda a cualquier descendiente de mis bisabuelos José Rendón, y Raquel Zuñiga Huaco.

Aunque todos los seres humanos en su versión de carne y hueso dejan de existir por esa ley natural de la vida, estoy seguro que en la familia Rendón, quedará una energía que nos seguirá uniendo, tal vez sea mi tío José Rendón, quien desde Suecia nos vuelva a reunir, y por que no organizar una gran reunión familiar en Viraco de donde nacieron todos los Rendón Zuñiga, y no podría faltar mi tío Eliseo, acompañado de sus hijos Luis Daniel, y Cristina, así como Luis Enrique, y porqué no mi padre quien vive apurado junto a mi madre, por una costumbre de trabajo.

Saben cual fue el secreto transparente de esta familia, que hoy encarna mi tía Jacinta? Pues el trabajo digno y honrado del cual nunca se avergonzaron, puesto que mis abuelos luego de vivir de ciudad en ciudad por las labores de policía de don Roberto, fueron a emprender en una Calle Nueva de la urbe arequipeña, pujante donde sacaron adelante una tienda de abarrotes, y luego este señor de fino sombrero, a quien recuerdo pues fue mi abuelo, llegó a Lima para instalarse en el barrio de Ingeniería y dar vida al sueño de mis tíos Jorge, Edmundo, y padre entonces llamado “Robertito”, sobrenombre que llevó hasta que nació mi hermano, y fue inscrito como el tercer o cuarto Roberto Rendón, y digo tercer y cuarto por que Roberto, fue mi abuelo, es mi padre, es mi hermano, y me parece que también mi primo Silvio.

Aunque con el nombre de mi abuelo paterno hay más de una leyenda por contar, puesto que dicen primero fue bautizado con “tres nombres”, y luego por un enredo, o parecido físico con un antecesor fue llamado “Roberto”, quedó inscrito con el nombre mencionado.  

Así que la historia de cuántos “Robertos” hubo en mi familia esta por ser investigada en algunos años, cuando tenga el tiempo de ir a Viraco, y remover los archivos del municipio, que de seguro haré algún día de mi vida.

Bueno empecé hablando de doña Jacinta Rendón Zuñiga, y terminé hablando de los “Robertos”, y porqué ambos hermanos los mencionó como siameses se preguntaran ustedes? La razón es que mi bisabuelo José falleció en un accidente con su caballo, y fue mi abuelo quien se ocupó de su hermana Jacinta, como si fuese su hija mayor, y este ejemplo es seguido hasta el día de hoy por un señor al cual le cuesta decir “te amo”, pero no para de demostrar su amor con cada acto de vida, me refiero a mi papá: José Roberto Rendón Vásquez, quien nunca me dirá ni a mamá, ni a mi hermano, ni a mi que nos ama, pero lo demuestra las 24 horas del día, tal cual don Roberto Rendón Zuñiga con su hermana Jacinta, a quien debe esperando junto a San Pedro para leer el diario, y recibir a su familia en un cielo donde reine el “amor de los Rendón”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario