sábado, 26 de diciembre de 2015

Del amor la señora a los ocho años decía

Del amor la señora a los ocho años decía
Érase una vez en el invierno del 2012, una tienda fotográfica y yo de camisa amarilla, tratando de congraciarme con mi Mei Ling (una linda de la cual me siento hoy, tres años después un incomprendido)…Una foto en una mañana yo quería, para yo decía…al final la red social se trago mi recuerdo, como un archivo más de JPG perdido en el ciberespacio cruel que todo lo revive, menos la pasión de un año que no regresará, no es que te haya dejado de amar, lo que pasa es que eres muy “sublime”, para mi…
Han pasado casi cuatro años de aquel momento donde se graba recuerdos, llamado fotografía y la verdad la tenía aquella señora que me escuchaba con piel arrugada, decirle “te amo” a “la chinita, kukunlumbe”...
-“Que gracia dan estos chicos, oh por Dios, el amor se ve cuando pasan ocho años, lo demás es para el cuento de cenicienta…Al primer año se ve el afán, al segundo el empeño, al tercero el aguante (creo que dijo), al cuarto la costumbre asienta lo que debe ser el amor sobre el terreno fértil, pero tras ocho años recién vez si es amor verdadero. Allí ya conociste, ya soportaste, ya amaste, ya viviste y te desviviste, pues luego con un chasko de invierno, en un gélido agosto puedes ver si es amor verdadero”…
La verdad nunca entendí a la señora de piel arrugada que tenía dos canastas (una en cada mano) y me parece repartía el almuerzo de un miércoles, poco viajero…
Escribo esto soñadores de la justicia, por una o varias razones, inicié mi relación con Mei Ling por un “no sé que de la vida”, era una noche de lluvia de febrero en la banca de cemento de un parque donde una virgen sería testigo en yeso de lo que vino años después.
Era un seis de febrero del 2012, entonces nunca supe que llegaría un diciembre de sol del Niño, donde el ardor me ahoga como el agua a un náufrago en mar abierto, pero ahora sé que ese diciembre debí ser un poco Pinocho, por tan mentiroso “gritar te amo con una hora de conocerla”, ahora también debo ser Pinocho, pero por que la madera de la cual me hicieron paso el aguante y ahora la costumbre debe asentar lo que es amor, en un tierra que se preparó para el amor, en sitio de cemento y vidrio, donde la transparencia es, no sé, tal vez, pueda decir un valor que hoy se vio empañado por el puro smock de la carretera que me pasar y seguir cuesta al norte, para en la noche regresar…
Si debo ser Pinocho, por mentiroso, por estar hecho de madera de pino, por ser la obra de un artesano muy osado, que se crio al lado de plaza roja, en el rio amarillo, donde el sillar nutre la esperanza de un camionero que puso más, de lo que pudo dar,….
Si señores, soy Pinocho, el mentiroso, el ladrón, el asador de un sueño, el lector de Batman, Superman o el Chapulín, soy Pinocho, pero no quiero ser la madera que arde con la brasa del asador…
Criador de sueños, emprendedor de esperanza, era Yepeto (mi papá). Hoy como nunca 80 años llegaron, se multiplicaron por 10 los ocho años,,,,la verdad no sé que tanto yo sabré si llegaré, pero han solo han pasado cuatro y esa señora de piel arrugada al momento de grabar un recuerdo, nunca me dijo, que pasaría al quinto, sexto y séptimo año, la verdad tan solo sé, que Pinocho no dejaré de yo ser.


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