Era enero
del 2011 tenía un trabajo nuevo creí (erróneamente veo ahora) había alcanzado
el primer peldaño del cielo, hoy cuatro años después veo que el cielo es tan
inalcanzable como volver al pasado. Si soy peruano, periodista, pensé que podía
ser un soñador de la justicia, pero un chalaco, vecino de La Punta me bajo de
mi nube y viré a un túnel inesperado, salir del trabajo es difícil, perder la
confianza es perder la esencia del trabajo.
Si el amor y
el patriotismo es un sentimiento que no entendemos, el ser peruano es un bien
que no vemos, es un valor que pensamos devaluado por el cual caminamos y nos
creemos vividores de un mundo neoliberal, en cual seremos una realidad de salto
al futuro para decidir y echar andar el trabajo de donde queremos estar, cuando
la jubilación de la ONP o AFP llegue por nosotros o mejor dicho hagamos la cola
por ella, si tarjeta de débito no tenemos.
Perú es un
lugar que quiérase o no, es tan de izquierda para elegir, como de derecha para
gobernar, aunque a decir verdad, la inclusión la da el trabajo, privado o
público, no lo sé, señor, congresista no soy, empresario de mi destino tal vez,
si se me deja elegir un día entre combi, custer, bus, tren o metropolitano,
para ir a laborar.
Es cierto
somos gobernados por quienes en realidad nos conviene o por quienes nunca
quisimos para nuestro interés, el Perú es así, país terco, insatisfecha y a
donde algún no volveremos si tenemos la oportunidad de salir como balseros van
a Miami, desde que Castro llegó al poder en La Habana, pero no en Camagüey y
eso que hey hey, en La Victoria es Camagüey, un sábado o domingo por la noche
en la carretera vernácular de la búsqueda
de un lugar, para estar con tu pan con huevo, o quinua que en Nueva York es más
barata que comprar dos por uno en Wong, que por cierto es tan chileno, como el
suspiro Soprolé, que lleva por nombre a la limeña y seguro sigue el arroz con
mantequilla que en la casa de mi abuela, comía disfrutando de la vista de la
Casa del Freno o del Hospital del Niño, dos cuadras más allá.
Si de
candidatos y presidentes hablamos, hay que decirlo, no hay más candidato que tú
padre a presidente (sin importar quien sea), no hay más primera dama que tú
madre y no hay más jefe de Estado, que tú cuando acudes a votar por convicción
y no por multa a pagar…Feliz 28 y 29 de julio, señor, San Martín, que naciste
en Argentina y dejaste paso a Bolívar, para que en lo alto funde su país,
idolatra con plata y gas, que tenía como destino la herencia del Perú, siempre
profundo, papá (abogado del Jilguero Huascarán)…
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