miércoles, 5 de marzo de 2014

La guerra de la justicia finita


La guerra de la justicia finita
Para escribir lo siguiente aclaró hoy cumplo dos años y un mes con mi Mei Ling, hace unas horas se dictó sentencia contra dos delincuentes, a quienes solo Dios sabe juzgar en un corazón por donde ahora no merodearán.
Buscar, llevar o administrar justicia es complicado hay que tener mucha lucidez mental, experiencia y tino de arrepentimiento para manejarla o por que no, tan solo ordenarla.
No soy quien para hablar de sanas costumbres, no por ser o tener hábitos de mal, tal vez una osadía mal entendida y un respeto que busco desde pequeño me lleven a decir lo que no debo y administrar mis actos como no debo, de hecho el ser así ya me hizo perder en un túnel sin retorno a mi mejor amigo, con quien de una palabra no pasó, pero ya no compartir pequeñas caminatas des ahogantes de mi dolor personal por querer salvar el mundo, como solo un héroe puede hacerlo.
De hecho héroes tengo muchos, mi mayor héroe es sin duda mi papá, es la persona que cuando yo me veo en un espejo lloro por no haber podido ser tal cual él, primero por que no uso bigote y segundo por que deshonesto no mal intencionado soy.
Tengo un pecado si, quiero llegar a más, más rápido que tú, terminando como la tortuga Tartañan de los dibujos setenteros, algo bueno tengo no lo dudo, pero también parte de mi guarda un rincón que a diario intento embobar de bobo, para sacar de mi interior una ira que tan solo sufrimiento por no arrepentimiento, no encontrado tengo.
Amo lo que usted no ama, intento lo que usted no intenta, me veo y ante usted tan solo un desconocido con panza y mirada de sueño siente.
Es que le debo mucho a muchos, por que de pequeño tengo la frase memorizada con una paporreta interpretativa en el sentido extremo de la frase: “Tienes todos los deberes y ningún derecho”, así me siento, así lo aprendí de quien más amo mi padre y mi madre, que no cuadran en su cabeza la idea de que una oportunidad para cumplir con mi conciencia busco.
Inconsciente aunque mi padre y mi madre digan lo contrario no soy, si voy a la justicia en ese sentido, no puedo más que decir que la justicia no es castigo, sino enseñanza de palabra y ejemplo de algo que hoy creo perdí: humanidad, aquella humanidad que me hace diferente a ti e igual al resto.

Como reza la canción Padre Nuestro y Ángel de la Guarda, no me desampares ni de noche, no de día por que al final el no desampararme significa, que no quites o no me arrebate la oportunidad de tener una segunda oportunidad, explicarte lo que no te dije, decirte lo que siento me merezco y por que lo que hago no te gusta, pero cumple con mi deber de conciencia, aquella conciencia que fue educada para el arrepentimiento, pero no para el perdón de quien fuera una vida decepcionada por quien más me amo o más me aman: mi padre, mi madre, Mei Ling, Dorita, Eusebio, Roberto muchos otros más y por supuesto quien cuida mi casa y mi sueño mi can Buckie, de quien ya viene su película Soldado de Invierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario