sábado, 4 de enero de 2014

Para despedirme de ti, papá: cuando la muerte tocó de mi


No temas por mañana, hoy tal vez no amanezca en el cuarto de al lado, creo que esta noche iré en sentido contrario a donde Dios esté por que San Pedro la puerta del cielo no me abrirá, vivo relegado en un mundo donde mi padre no perdona y donde él sabe bien no he cumplido con el deber que me da derecho a la libertad, si una mochila pesada cargo es que muchas disculpas pedí, tarde me arrepentí y usted padre mío, abogado, fiscal, juez, pero no procurador de mi (su hijo menor) sentenciado a un lugar lejos de usted ya me envió, tal vez, la muerte no me reciba con temor, sino con la alegría que mi padre y mi madre fueron incapaces de sentir, por que al verme vergüenza ajena sienten por que igual que ellos nunca pude ser, estoy lejos de ti papá y de ti mamá, muy arrimado al que dirán que ustedes por la ley de la crítica de mi culpable eterno siempre enrostraron hacía a mi, me voy a un lugar donde el cáncer ya no me mate y en una hoguera ardiente donde pague el castigo que ya me pusieron al solo querer vivir y aprender a corregirme en un camino  por el cual no me quisieron llevar, me voy hacía otro lugar donde de manera física no me puedan abrazar, por que  nunca quisieron ver a un hijo que solo problemas les sabe traer, me voy trotando a morir en el corazón de quien una vez me amo y nunca una alegría le pude dar, hasta que en un lugar del universo mis enemigos elegidos por ellos y que tú papá compraste para que hieran en moral, me pueda desglosar en un universo paralelo donde solo la muerte pueda hablar. 

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