viernes, 8 de noviembre de 2013

Padre peruano: cuando el pasado no te deja libre para volar al futuro

Es hoy un momento de conectar mi corazón, mi mente con mis dedos y teclear lo que mi conciencia manda, puesto que aunque fujimorista me declaro y mi voto por Keiko a ciegas es, no puedo dejar de decir que el tema de los derechos humanos es un tema que nos da pleito, pero no acuerdos y derechos por defender.

Si soy fujimorista, no cegado, es porque reconozco que Alberto Fujimori encarnó en los 90 un cambio de visión del Perú que como todo en la vida trajo cosas positivas y negativas, trajo trabajo, pero no nos cambio de conciencia y menos de hábitos, nos dio si una economía emergente, repelió al bill terrorismo que hoy en día ha tomado la forma de inseguridad ciudadana.

No puedo aplaudir a los colina, que ya bien presos están, tampoco me pidan que sienta dolor por tanto terrorista y mal nacido que echa a perder a jóvenes atrayéndolos a los malos hábitos y despojándolos de la fe en el mundo por cambiar, ahora los malos hábitos asistencialistas ya existían en el Perú antes de Alberto Fujimori y la fabrica de vagos sigue existiendo gracias a un cheque de 100 soles que el Estado te regala con mis impuestos que para mil cosas puede servir (léase programa Juntos).

Ahora no hay que ser pobre o predicar pobreza para ser de izquierda, así como tampoco se es explotador o inhumano si es de derecha, al contrario la historia demuestra que la derecha es la que genera riqueza y aporta con los programas humanitarios del mundo para generar riqueza y la izquierda con “B” moles muy marcados promueve la solidaridad que tan necesaria es, pero también mal entendida y distorsionada por ellos mismos.

La derecha en si es un amor por el trabajo y el respeto por el capital ganador que repercute de manera directa en tú familia, la izquierda si tuviera apertura para no insultar y no promover marchas que destruyen honras sería mucho más respetable y la derecha si tuviera menos heridas provocadas por las muertes terroristas sería más compresible.

No castigo a la izquierda puesto que de una familia de izquierda vengo, pero a su vez también vengo de un padre que a la violencia diaria me somete junto con mi madre y es una violencia cuya arma son los gritos, la indiferencia y enrostrarte tus errores a diario haciéndolos ver a ellos como los sumo sacerdotes de la moral, una moral que puede entender, que es valida, pero que en su caso es extrema y descarnada para conmigo.

Ahora tengo grandes amigos de izquierda que me dieron apertura a la conversación, que me dieron fe, trabajo, oportunidades y esperanza en mi, así como también muchos de derechas o otros mucho más fujimoristas que solo creían en mi.

Sería muy mezquino y mal agradecido sino reconociera lo que muchos de diversas corrientes ideológicas hicieron por mí, por ello aunque me tenga que morder la lengua no puedo criticar a ninguna de las partes, tampoco puedo aplaudir lo que a diario hacen, y menos puedo ser tolerante con el insulto de hechos que no volverán a repetirse, pero ellos o todos no entienden ello de buena fe, será que la buena fe se perdió en el tiempo y en los albores de una historia donde manda la pasión por la revancha, pero la sensatez por la paz.

Es para mi difícil escribir esto mi padre es el primer soñador de la justicia que conozco, mi madre es a su manera una heroína en el mundo que la rodea, mi hermano una persona que se la faja por sus formas de ser que a él le resultan para bien, y yo soy una oveja negra que no comprendo a cual de los mundos pertenezco.

Se que donde estuve o donde estoy siempre doy todo de mi, muchos me creen un aprovechador, otros un interesado, muchos otros un huevón a la vela, pero yo solo creo que soy alguien no se encuentra consigo mismo, puesto que aunque con mi familia a diario por que ellos así con su ejemplo me educaron, solo se que amo ser feliz con Mei Ling y amo ser periodista así mi ámbito de acción sea solo una pc, sin poder narrar la realidad que no es dura, solo es complicada para poner en juego nuestra imaginación y cambiar el mundo a uno que sea mejor que hoy.

 

PD: Dedicado al primer soñador de la justicia que debe de ser quienes más me aman, pero más me enrostran los errores atándome a un pasado que no me deja cambiar: Roberto Rendón Vásquez, mi papá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario