lunes, 25 de febrero de 2013

¿Por qué me siento inseguro?


Es complicado vivir en Lima-Perú, debe ser tan complicado como vivir en la Franja de Gaza y ser palestino, de hecho caminar por la calle es tan inseguro como estar expuesto a las redes sociales o adquirir un virus cuando la persona del costado tose abiertamente tirando al ambiente una enfermedad o malestar que puede ir desde la garraspera hasta la tuberculosis por ello caminar o estar en tú trabajo es mortal, sino tomas las precauciones de la vida, para lo cual te deben de haber educado desde siempre y por siempre.

Sentirse inseguro es parte de un sentimiento de temor que parte de la infancia y es alimentado por la idiosincrasia del medio ambiente que puede estar compuesto por construcciones de puro cemento o un jardín con plantas carnívoras que se ha comprobado también rastrean la carne humana, pero es que acaso los peruanos no tenemos conciencia de ello? Es que acaso el país colapsa en inseguridad por falta de precauciones?

De hecho la tecnología ayuda y no ayuda, el control muchas veces no controla por lo engorroso de los trámites administrativos impuestos por los burócratas para justificar un sueldo o el pago de algún derecho en el Banco de la Nación, que dicho sea de paso es el lugar o la institución bancaria con más colas y menos lugares de escape en caso de algún siniestro, también hay que agregar que el calor allí es tan infernal como en oficina de municipio que no ha pasado, ni pasará inspección de Defensa Civil.

Es el Perú harto inseguro sin duda SI y con letras mayúsculas en negritas, es injusto también, tiene leyes que se contradicen y no sirven, tiene autoridades y personal en sus diversas áreas que no  trabajan ni se les da la gana trabajar, también por ello hoy se habla en las teorías administrativas del ausentismo presencial en un centro de labores público y privado, saben por qué? Porque estamos pendiente más de los teléfonos inteligentes que traen la vida ajena a través de Twitter, Facebook o Youtube que de nuestra labor profesional o familiar, reconozcamos de una vez que a los peruanos todos e incluyo a mi persona nos gusta la novelita con capítulos de 120 minutos, final alternativo e imágenes extras con video click y toma oculta al final de los créditos.

Hace unos meses me tocó vivir un ejemplo claro del Perú de hoy, que de seguro es una radiografía de muchas épocas, solo que antes no la había renegado tanto, pues era el caso de una persona que llegaba 15 minutos tarde casi siempre, sino más a su centro de trabajo, su primera acción era tomar desayuno luego de marcar su hora de entrada, fijarse en el error ajeno para luego reclamar y dársela de inmaculado, puro y sagrado, tras ello una canción en Youtube no estaría demás, para luego quejarse del sol y tirarse a trabajar de mala gana esperando que pasen las horas para irse, al final de su jornada escribía en el cuaderno de salida una hora que no correspondía para reclamar horas extras a su empleador que vivía en Lima, mientras él y un grupo de amigos administraba un hotel playero en las afueras de Lima.

Simplemente a este señor no le importaba que el hotel estuviese sucio o bien abastecido, solo le importaba hacer “acto de presencia”, meses después lo echaron del trabajo y sus hijos se entregaron a la vida fácil, a través del robo de carteras en un mercado local, al no poder ir al colegio secundario pues el padre no tenía medio sol para pagar los pasajes o la comida de la casa, es que acaso eso no afecta a la sensación de inseguridad?
Es que el Perú es un lugar encantado donde vivir sin responsabilidad es una ley tácita del medio ambiente en el cual nos criamos?

Miren por ejemplo lo fácil que es vivir como autoridad regional en el Perú desde que se dio la tan añorada “regionalización”, simplemente si algo no gusta al terrateniente local elegido democráticamente toma una carretera, azuza a la población, toma un aeropuerto y es recibido  con alfombra roja ante el aplauso de quienes lo acompañaron en el despelote (sin siquiera sentir en el alma las muertes que causó su revolucioncilla) por un primer ministro, para luego salir como un “chapulín del pueblo”, esa es la señal de inseguridad y de atentado contra el Estado de Derecho más grande que se ha concebido en mi país, donde las leyes valen solamente sino tienes ningún buen amigo que te defienda o tú billetera es tan reducida que no puede comprar conciencias, por que ni ripio o sencillo tienes a la mano, pa el café del coimero.

Si vives en Lima y quieres ver lo que es inseguridad anda un poquito más allá de la zona urbanizada tal vez un balneario del sur donde se trafiquen terrenos o sin gastar tanto anda a la puerta de Palacio de Justicia o de cualquier juzgado de paz, donde tú demanda duerme y solo se despierta luego de hacer tú colita a las 7 o 6: 30 am para te reciba el juez y escuche tú reclamo, pero ojo si tienes abogado entonces el juez escuchará al practicante del estudio, luego vendrá el acto 2, el acto 3 tal cual el primero y bien gracias hasta que el secretario no suelte el Facebook, no se acordará de tú expediente, simplemente eres una estadística más que suma a la mayoría, pero no marca la diferencia como la excepción que confirma la regla, en una sociedad donde aumenta el consumo, pero no el sueldo, donde aumenta el trabajo, pero no tus ganas e instinto de superación cumpliendo metas y objetivos para vivir con calidad de vida y sin que te reproche tu conciencia.

Ese es el Perú de hoy donde me siento inseguro porque las autoridades que pago con el IGV de la gaseosa que consumo NO hacen su chamba, tan solo quieren salir en la foto mientras el último chupe trabaja por el sueldo mínimo, ante la indiferencia del otro, cuya mirada es tan fría y desesperanzadora como el buen carajazo o mentada de madre que sufrimos muchos luego de que la amante deja misio a tu superior de turno y no tienes como darle leche a tú hijo recién nacido, esa para mi es una sensación de inseguridad, tan simple e indignante como ello.


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