lunes, 24 de octubre de 2016

Perú: A día de enero / Chela al polo pa calmar el lorca


Perú, 24 de octubre del 2016, gobernado por la derecha light, irónicamente light, hoy el Perú es un obeso que viste sentado en la esquina de tú parque pidiendo chamba o buscándola en un diario de edición domingo.
Es gracioso pensar que somos como dijo Antonio Raimondi, “un mendigo sentado, en un banco de oro”, primero no somos mendigos y no estamos en banco de oro, sino en un barco de tiempo cuyo estadio lo definiría como un indefinido, alumno de primer año de universidad que no está seguro de la carrera que eligió al postular, entonces somos un país maduro?

No sé, que tan maduro pueda ser una nación que se aferra a un solo Dios, rezándole en tantas iglesias, como chifas hay en Lima. Si Perú es un país extensamente raro, no queremos, pero queremos, es más necesitamos aquello que queremos, pero no lo decimos por la vergüenza que nos contagio la abuela de la señora “colonia”, esa colonia española que nos dio una tara para subordinarnos, ante el poder de una corona que se sostenía en base a un buscador de oro, de nombre Colón.
Pero si es cierto Colón vino por el oro, la verdad es que esa etapa colonial, también nos llevó al otro lado de los viajes, puesto que nos trajo migrantes, cholos recios, guapetones, cholas bravas y el arrecho sabor de un chaufa hecho en olla calentada por carbón.

No somos más que un país de índole pesimista, que no nos atrevemos a darnos, una diezmilésima oportunidad de trazar la línea y cagarnos en el carajo, decir “por la puta madre”, compro DVD pirata, compro Kola Real y es más el Pisco lo tomo con honra y levanta la copa, porque soy “Made In Peruano”, me quejo de un puto país,,,,no, no me quejo de un puto país, me quejo de una tira su vida al tacho de la basura, peleando como lo que hoy no somos, somos un país racional, un país que vive la alegría de la frustración no masoquista por no ir a mundial de fútbol hace 40 años y que levanta con orgullo al Moche, a los Uros, a la Totora y su Tacna enriquecida por un sentimiento de fe al lugar donde por la puta madre, no entra un chileno a vendernos suspiros a la limeña, eso señores se llama “valor”, ese valor que nos vemos, pero tenemos, ese valor que hizo de un aimara, capaz de convivir en un solo espacio con un boliche y más allá de eso.

Somos un país cholo, agringasho y achinado, somos un país orgullosamente gordo, de flacos con fibra y con algo que nos apasiona como hijos respetuosos del Pacifico, los Andes y el Amazonas, un bandera bicolor que le joderá, pero no se regalo y menos se vendió a la peseta española, que se llevó la papa a Europa para sobrevivir de una hambruna colosalmente comparada con la peste negra que los del viejo continente importaron de la China.

Somos peruanos orgullosos de un mestizaje mulato y aunque nos equivocamos, como boludos, tenemos la grandeza de no abatirnos, así la chela nos sepa a caliente en día de enero.


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