sábado, 23 de abril de 2016

Lo que mi padre mí no sabía, era un comunista de la mano derecha


Soñadores de la Justicia buenas noches, tengo tiempo para escribir líneas “muy mías”, en el interior de un desorden de emociones que me llevan a preguntar, es cierto que soy de derecha?, nunca he cobrado como derecha, nunca he pedido como derecha, siempre reclamé como izquierda, pero no entiendo por que ser de izquierda es verse ciego en un espejo, con cristal empañado por un pasado que no volverá.

Si ayer fue un día donde ocurrió un milagro, hoy es un día donde debe haber un trabajo y mañana un consumo, es imposible pensar en dos fuerzas opuestas como un peso se lleva en mochila al hombro recorriendo una ciudad en dos extremos de riqueza y pobreza, donde la gente clama por un Dios vivo.

No estamos en un inmenso reino de democracia abierta, donde los calabozos y dragones lo determina el hampa y la basura que recogemos por las noches sin guantes y mascaras que nos protejan de los olores humeantes de una ciudad que mira la luz del alba con tanta desesperanza que gira de forma viciosa, en un jardín de reyes y villanos que apuesta por la mejor mercancía al menor precio, somos humanos señores no, no nos pidan no ser picones cuando vemos como un helado marca la hora al sol de un pudiente canilla que ofrece el mismo diario de las 6 am a las 10 pm, quieren ver si es así, existe una plaza Unión y una plaza Dos de Mayo que conecta el PCP con la CGTP y allí en ese transcurrir zapatos, calzones y calzoncillos embolsados dicen quienes somos hoy en día; un pueblo ambulantes y lobistas que pueden ser buenos o malos espadachines eludiendo, lo que es una realidad la pobreza del alma, ante el grito libre de una ciudad que clama por orden en la puerta de tú casa, por que al final solo, somos lo que somos y vemos lo que nunca debimos aprender.


PD: Dedicado a Alejandrino, el migrante andino. 

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