sábado, 16 de enero de 2016

Perú: aprende a decir ¡NO MANDES AL CABRÓN!



Buenas noches soñadores de la justicia, es una madrugada de domingo, muy común en un verano electoral, que puedo decir, sino vives en el Perú, el nombre de Mario Hart con mucha honra, y es honroso todo apellido: Quispe, Mamani y Ventura, por supuesto, uno puede pensar, “Azuu” y descendiente de europeo o indoeuropeo, postula al Parlamento Nacional, pero la realidad la sabemos de desde Combate, hasta Esto es Guerra (EEG), no es tan audaz, como un piloto de Dakar.

Seamos honestos y digámoslo siempre, el Perú no tiene política desde 1990, no porque Vargas Llosa perdiera ante Fujimori (Alberto), sino que el peruano como tal “cholo, emergente y con huevos de machomen”, no es más que rehacío a escribir con detalle de artesano la historia de su propia cultura. Así Lima es una radiografía del Perú que no queremos, pero al cual nos aferramos.

Si Mario Hart (sin menospreciarlo y admirando su habilidad para el deporte de los fierros), postula al Parlamento, no es más que la farándula chola y copiona que Magaly Medina, conceptualizó bien, en la palabra: “Chollywood”.

Pero bueno que podemos esperar de un pueblo afincado en la tv, que grita veo cable carajo!, agárrense fanáticos de la serie “The Walking Dead” (6 temporadas, canal Fox, subtitulada en castellano y doblada en Blu-ray), pero que en el fondo prende su pantalla Standard Definition a las 6 de la PM, de forma religiosa para ver a las ex señoritas (grande por la frase Angie Palomino), estar ventilando historias de amor con “pequeños galanes”, que se elevan para besar a las diosas, vestidas de azul y oro.

Así se sacan las garras de los leones y los dientes de las cobras, para reflejar un país, cuando menos hundido en el facilismo automático de ganar, cual formula de “Pepe el vivo”, es decir ante tú inteligencia, lo pendejo prima y da billete lorcho.

Si lleváramos esto a la “hablanza” (no sé si este bien escribirlo con Z), de una cultura popular o de similitud con la peruana, diríamos: “Pendejos, son estos”.

Me refiero a “pendejos” en el sentido mexicano de la palabra (ver el Día de los Verduleros). Si somos un país de “pendejos” y una “política añeja”, en el tonel de una bodega de vino iqueño olvidado.

Se nos ha pasado por alto el valor del Masato y el Chuchuwasi, vertidos en la Guinda, innata de un balcón de Huaura.

Lo señalo porque hemos dado paso a un brebaje rancio de nacimiento y de borracheras de ladino. Donde más importante es, al final y al cabo, el voto cruel de la curul caliente y sueño rítmico, que un día, quien sabe, volverá a jurar por Dios y por la plata, en sus sacros aposentos del jirón Cayllona, con aroma de la Nené.


¡NO MANDES CABRÓN!, que nos cae de panza el buey en jefe de la Colorina, huevón.

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