A ver es una noche más donde el corazón, la mente y las manos hacen
click con el teclado, advierto si usted no es un soñador de la justicia, este
post no es para usted.
Hoy fue un día de viernes negro, aunque la bolsa no se cayó si puedo
decir que se cayó mi panetón que este 2014 no recogeré de mi ex trabajo, porque
frustraciones aparte ya no trabajo, sino cachueleo (trabajo esporádico de
millones de peruanos diría la RAE sobre el significado de cachuelear), pero
bueno han sido días para el olvido que no olvido, han sido días para encontrar
un rumbo con dirección conocida.
No soy García Márquez, menos Raúl Tola, pero si soy Vladimir Rendón
Acat, hijo de dos abogados y hermano de uno que paran embroncados conmigo y
además tengo como amigo a un perro de nombre de Buckie, que no me desampara en
compañía, no puedo dejar de decir que tengo una novia sensacional que no para
de darme buena fe, si alguna vez tuve una amante por favor recuérdenselo a
quien sea mi hijo que la única amante de un hombre de su esposa y las queridas
son amigas sin derecho y con respeto.
Valgan verdades en el periodismo la noticia diaria, sino la digieres
como el desayuno estas muerto en el almuerzo o embotado como cuando tomas una
chela en parque de reunión con amigos de universidad haciendo trabajos, porque
no tienes donde reunirte, ah pero perdón ahora se llaman Starbucks y así con
café peruano y leche gloria made in Lurín, seguimos copiando la costumbre
gringa y no inglesa de la hora del café y no del té, mejor digo te quiero mamá
y salgo a buscarme la vida como el aventurero con que soñé ser cada noche.
La verdad a esta altura de mi vida “más mejor” me vendría ir a un telo
cortarme las venas y amanecer en titular de prensa chicha como el suicida del
telúrico de la Rica Vicky o Sullorqui, por que la verdad La Marina para el lado
de La Perla me queda bien lejos y no tendría con que comprar la Gillete, por
que todo el dinero que me da libertad se fue en el pasaje de ida, mientras en
un taxi pienso si alguien me recordará con cariño después de muerto.
Aunque la verdad se necesitan más huevos para vivir que para morir como
un gaturro trepa techos, buscando quien te invite leche y acoja a los retoños
que “otro gato” al estilo Chavo del Ocho te dejó en la casa ya inexistente o
mejor dicho siempre inexistente de la Bruja del 71, es que la verdad doña
Clotilde, si un mérito tiene usted, es que mandaba mensajes de miedo al estilo paja
mental de señores como Ron Ramón, que su único oficio era el esquivar la renta
al estilo Matrix, para que el desalojo nunca te coja como leva en los años 80
en las calles de la avenida Larco o como “la migra” en New York City.
Ser peruano tiene mucho de héroe o fantasma según sea el caso porque el
término pirata ya está muy manoseado por quienes venden DVD o el ahora Blue
Ray, dicho sea de paso ya tengo mi colección de Arrow (primera temporada),
ahora espero saquen Ghotam, pero por favor señores de Warner ahora si hagan
versión en castellano latino.
De verdad que el Perú es un país bien jodido y bien judío, porque aquí
solo tiene plata el católico que regala pan con chocolate una vez al año para
ganarse el cielo, cuando lo mejor es comerse el pan ácimo, hacer un ayuno y
terminar comiendo venado como en la selva hacen los colonos que van en busca de
oro en piedra y oro en planta verde, que se vende como pan caliente, si antes
no te agarra ministro Urresti y te presenta en conferencia de tv como el gran
logro de la semana, por eso mejor voy a San Jacinto y armo un árbol robot de Navidad
con tanta autoparte botada por allí que es choreada, pero no requerida por los
comensales locales que van su gran supermercado, siempre intervenido y siempre
reabierto como el cierra de puertas de Saga, solo que aquí la tarjeta plástica no
vale un carajo, pero si tú carajo para comprar más barato, si más mafioso eres.
País pendejo este en el que vivo, país pendejo del cual no me quiero ir
y en el que ahora o por muchos años quiero vivir, por que pensar en la muerte
es tan tira de paja, como el calendario noventero de Susán León, queriendo
jugar a ganarme un Lada en el ya extinto Fantástico, mejor que traigan al
Capitán Futuro y le damos calor a un verano que solo dará a conocer la historia
ya vivida y relatada en la prensa local del Frankenstein versión Perú: Óscar
López
Meneses, y por esto no puedo decir que viva el Perú carajo.
PD: Por favor ministro Urresti, no insulte la obra literaria de Mary Shelley, publicada en 1818, mejor cuéntenos
una más de bonita de policías y ladrones, con matizado de minería ilegal y así
por lo menos una nueva ficción para quienes sean mis nietos he de contar.
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