lunes, 16 de noviembre de 2015

Hablando de don Roberto Rendón Vásquez

Soñadores de la Justicia buenas noches, hoy la verdad de inspiración poca para escribir, es una noche de esas que no te más que para la cama y pensar que mañana no llegará…mi padre, siempre mi padre está ardiendo conmigo, me odia, me quiere, lo dice se contradice que se yo, es mi padre comunistón complicado, no quiero ser como él, pero no podría vivir sin pensar en él…

Créanme las relaciones de “te amo, pero te rechazo”, son muy cotidianas en mi vida, ser hijo de Roberto Rendón y Ana María Acat es un peso que no viene por raza, abolengo o tener el titulo de Sir, tal vez como diría el peruano de a píe, el único titulo que vale es el de “varón”, por si sube a un micro y todos te dicen, “colabora pe varón”, es muy común cuando viajas una hora de Lima sur a Lima norte y de allí te desvías en un puente y una plaza para el oeste…

Créanme que Lima es una ciudad “transformista”, en el sur bien a la salida pura playa pitucona, con ascentamiento humano donde la gente clama por agua y otros servicios que el arenal no puede dar, te acercas y puedes llegar con suerte de no accidentarte a la puerta de un hospital de nombre María Auxiliadora, donde llega un bus interprovincial con más pacientes de consulta externa que personas que vayan a operarse, es así mi país, es grande y grande por que es el pueblo o la ciudadanía que con o sin DNI saca este puro y rico rioba adelante, a punta de “jode que te doy”, es que sí hasta los empresarios reclaman como dirigentes sindicales y luego se quejan de que no hay plata para cumplir con los derechos de los otros y deberes de ellos.

Si fuera mi papá podría decir que Lima, es la costura de un sastre que se dio cuenta que su suegra, le dio de … sastre, es así pues, pregúntele a don Roberto que se queja todos los días de su familia y en especial de mi, es decir como diría este señor abogado de toda la vida cuando manejada de Chacarilla a su casa, en 10 minutos, desde la tienda de un vendedor de embutidos que tenía un sótano “caleta y raro”, 
“ese señor que lee las cartas es un mentiroso”…

“Por qué, que me lea a mi, para saber si es cierto”, él (don Roberto Rendón Vásquez”) respondió, “es un mentiroso te digo yo”, y entonces soltó sus palabras (hasta hoy repetidas”, “una vez ese que leer cartas en la puerta de donde venden embutidos, ese que también es mi cliente, dijo todo fresco de huesos”, “su hijo menor es muy inteligente” (por mi claro está), para variar mi papá dijo, “es mentira pues, puros ceros traes del colegio”, mi mamá mutis, mi hermano riendo, yo con un sentimiento extraño, de “amor y rechazo”, que hasta hoy día arrastro.

Es así hablar de don Roberto Rendón Vásquez, es solo hablar de “Roberto”, por que por José solo lo conoció su papá (Roberto abuelo) y su mamá Serafina, que por obra y gracia de la necesidad, le enseñó a mi papá a enhebrar una aguja, coserse las medias, lavar su ropa, caminar desde varios distritos hasta Ingeneria por el almuerzo ida, vuelta, vuelta e ida.


Si es abogado, si lo es, si es bueno, si lo es (como mi mamá y mi hermano), si lo siento más lejano que historia de la revolución rusa, también, es un papá que nació, se hizo y se forjó para sobrepasar los años, pero sobre todo, para decirme en mis lágrimas de sueños y tormentos, que el mencionar algo bueno de mi, era un pecado, por que no puede ser, que un periodista sea tan humano como él…es así parte de un corazón que tiene sello y firma, Estudio Jurídico Rendón Acat, señor…(mi madre también ayudó a forjar).

PD: Dedicado a la familia de allí en Contumaza que siempre me invalidó...

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