Saludos
soñadores de la justicia, ya me había olvidado de que escribir me ennoblece y
me vuelve un soberano regente de un teclado, que solo desea dar vida a la tinta
informática de una hoja en Word, si ser soñador es complejo, más complejo aún
es ser el realizador de los sueños, es que hoy el mundo no es de solo 180
grados, a veces la fuerza de gravedad te lleva sin querer al lugar donde
empezaste y das la curva del destino en 360 grados, es que vivimos en un mundo
donde girar es tan normal como respirar, si giro a la izquierda o a la derecha
el centro de mi vida, es el mismo desde que nací, pero con diferente
arquitectura según se avanza, a la familia me refiero.
Siempre
hablo de “n” cantidad de personas redundando en nombres o lugares, como en el
realismo mágico de Macondo, llevado a los libros de varias generaciones por el
colombiano del milenio Gabriel García Márquez (QEPD), pero si hablara de Perú y
buscara al señor del milenio, creo que el abanico conocido por mí se abre y se
cierra en varias personas, en varios periodistas y en miles de seres humanos
que sin importar su lugar de procedencia dentro del territorio donde vivo
pueden llevar el título de señor o peruano del milenio.
No soy un
cura y tampoco tengo otra cura, más que el sueño hecho a base de pan, por el
clonazepan y el alprazolan, recuerda que todo ser humano es tan endeble como tú
(menos mi papá), es tan aventado como tú (pero más es mi mamá), es tan hincha
de Alianza como Alejandro “Manguera” Villanueva (pero mi hermano lleva más
sangre azul y blanca que él señor en mención).
Soy un ser
humano que tiene una postura fija dentro de lo que mi panza, puede decir de mi,
el morir es un susto al cual aún no quiero llegar, mi abuela (a quien mi
hermano bautizo como memé y nos dejó el último lunes) siempre decía que no
sabía lo que quería, me amaba como su nieto y me requintaba como un niño a
pesar de tener 20 0 un poco más y no tener chamba al salir de la universidad,
ni paradero al cual llegar, ella laboró de todo, desde enfermera de sus hijos,
pasando por ama de casa y peluquera en un pequeño e improvisado lugar dentro de
su casa (un departamento en la cuadra cinco, piso dos de la avenida Garzón en
Jesús María).
Ella era de
Austria, pero el idioma alemán que hablaba lo dejó en el barco donde llegó y se
fue disipando en la chacra donde creció y conoció a mi abuelo Rosendo que por
más 10 años la esperó en la puerta de San Pedro, aunque estoy seguro ellos dos
no han entrado al paraíso que les corresponde, puesto que falta su hija
consentida y los otros dos hijos, que llegaron como chinos-chinos a este mundo
y no como rubia-castaña acriollada como mi mamá al mundo de los abogados y de
quienes lloran en silencio y no saben decir “te amo”, es que los europeos son
frío y de eso mi mamá aprendió hasta demás, mi tía Felicita que no tuvo hijos y
se casó con un francés, vio en mi madre Ana María la hija que la vida no le
dio, es que el derecho de vivir es así te da sazones y desazones, mi único
pecado días antes que te fueras fue no irte a ver memé.
En algo
tenías razón, no se lo que quiero y soy un pachochín en tus palabras, lo único
que se es que me gusta la aventura de vivir, sin pensar en la muere y obsesionándome
con el mañana, donde mi más grande temor es quedarme solo y sin Mei Ling, para
ti memé el matrimonio tuvo un significado transcultural de oriente y occidente,
llevados a cajones de manzanas, mandarinas y mangos en un lugar del valle de
Chanchay llamado Huaral, para mi el matrimonio es encontrar la raíz ancestral
de mi cultura no conocida la china por Mei Ling (quien será mi esposa, así mis
padres se opongan con la ley de su mano).
No tuviste
un nieto perfecto memé, de hecho saqué lo jodido de mi tía Lucy, lo medio no sé
qué de hacer todo a medias de Carlos, lo alborotado de mi mamá, pero algo
diferente me dio la vida, algo que no puedo explicar, algo que vino de los
Acat-Cuan, de los Koch Prattes, de los Rendón Vásquez, Rendón Zuñiga, de Dora, Eusebio, de mi primer perro y el
actual (Walker y Buckie).
Qué, qué?
Qué es eso diferente, pues de diferente tengo algo que vino de oriente, de
occidente y de la sierra peruana, que llamó a mi ser en un lugar de la
argentina llamado Metan (donde mi tío Eliseo Rendón Collado me acogió), eso diferente se llama
sentido de ser, de ser humano instado al llamado de la causa de don Quijote de
búsqueda de justicia viendo gigantes, donde solo hay molinos de viento.
Estoy loco
me decían, decían que acabaría mi vida como tú sobrino Héctor, del cual no se
sabe que pasó y encontraron sin vida debajo de una cama en la vieja casa de
Huaral que alguna vez tú memé visitaste para ver a tu hermano apodado “viejo”.
Saben todos,
si estoy loco, por que hay que estar loco para vivir y cometer diez veces el
mismo error en la búsqueda de un sueño que no se cumplirá, el ver a mi padre
feliz y orgulloso de mi, junto a mi mamá, no quiero echarte de menos memé,
tampoco quiero añorar los momentos que pasé junto a ti, en un lugar llamado
Jesús María, donde un campo de marte y una tienda de don Juan, me llevaron a
probar las papas rellenas y chocolates de sol antiguo, inti de Alan García y
nuevo sol que puso Fujimori como moneda.
Estoy loco
por que cuando estoy en la puerta de entrada de los 40 busco y busco ser
reportero de tv, sabiendo que solo un no tendré, estoy loco por que sigo buscando
y queriendo al amigo que de manera ingrata no me llama y me dice panza para
arrocharme sin saberlo.
Estoy loco
por que soy periodista, por donde se me mire y otra cosa no sabría hacer, estoy
loco por que sin casa y sin cama propia busco casarme y llevar al mundo de la
felicidad fronteriza con la realidad a Mei Ling, estoy loco por que solo quiero
vivir, soñando con el triunfo en mi mundial del imaginario colectivo donde todo
buen peruano de a píe quiere llegar y aunque me duela y por que quien quiere
celeste que le cueste, no pararé en la locura de ser feliz, así sea solo viendo
molinos de viento, donde una puerta se me cierre a diario.
Te amo memé,
si te fuiste, fue para no recordarme más que no sabía lo que quería en vida
fiel.